Pero gracias a los avances que se están produciendo en las técnicas de secuenciación de genomas, los científicos pueden acceder cada vez mejor a las historias que quedaron grabadas en la biología del ser humano. Esto ha llevado a que este miércoles se hayan publicado cuatro artículos en la prestigiosa revista Nature en los que se trata de recordar cómo ocurrió aquello.
«Estos estudios llenan algunos huecos del puzzle de la historia humana», han escrito Serena Tucci y Joshua M. Akey en un artículo de análisis de las investigaciones presentadas en Nature. Gracias a un trabajo muy extenso con 270 poblaciones de todo el mundo, incluyendo a algunas que normalmente no han sido muy estudiadas, la diversidad genética de los grupos ha permitido descubrir nuevas cosas sobre el pasado del hombre.
Esto es importante, porque los científicos están sumidos actualmente en un intenso debate. Unos sostienen que hace unos 40.000-80.000 años los africanos dejaron atrás el continente y que desde allí se extendieron por el resto del mundo. Pero otros creen que hubo varias oleadas de migración: una primera, hace 120.000-130.000 años, que les permitió llegar a Asia y Australasia, caminando a través de la Península Arábiga y la India, y una segunda, que les permitió llegar a Europa y al Mediterráneo oriental más tarde.
Algunos investigadores creen que hubo al menos dos grandes migraciones desde África- NATURE |
El hecho de que un modelo y no otro sea el más cercano a la realidad, al final implica encontrar una explicación a cómo se mezclaron los genes humanos con sus parientes cercanos, los neandertales y los denisovanos. También permitiría entender si, efectivamente, los aborígenes australianos se separaron de los africanos antes que los pobladores de Eurasia, lo que significaría que estos tienen un origen más antiguo que el resto.
Además, uno y otro modelo de migraciones podrían ayudar a entender por qué la variabilidad genética de los humanos de algunas regiones fue menor a la de otros lugares (lo que es muy importante en el proceso de la evolución), o si hay algunos hombres actuales que representan mejor a sus ancestros que otros.
Los cuatro estudios presentados en Nature han hecho su pequeña contribución a la historia del hombre. La investigación dirigida por David Reich ha secuenciado el genoma de 300 personas de 142 poblaciones normalmente no muy estudiadas en estudios de variación humana. Han apoyado la idea de que hubo una gran oleada migratoria desde África, y que la población que dio lugar a los humanos de hoy en día dejó el continente hace unos 200.000 años. Además, sostienen que desde entonces la tasa de mutación auementó en un 5 por ciento entre los no africanos.
Por su parte, el equipo de Eske Willerslev ha secuenciado los genomas de 83 aborígenes australianos y de 25 personas de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea. Esto, que de por sí solo ya les ha permitido convertirse en el estudio más importante de los genomas de esta poblaciones australianas, sugiere que los aborígenes ocuparon el continente durante mucho tiempo. Y que sus orígenes son más antiguos que los de los demás pobladores actuales.
La investigación de Luca Pagani y Mait Metspalu, estudió 379 genomas de 125 poblaciones, sobre todo europeas, y descubrió que al menos el 2 por ciento de los genes de los papuanos modernos proviene de un ancestro que se separó de África antes que los euroasiáticos. Esto apoya la idea de que hubo varias oleadas de humanos saliendo de África, y la antigua procedencia de los aborígenes.
El papel de los cambios climáticos
Además, una investigación dirigida por Axel Timmermann y Tobias Friedrich ha establecido un vínculo directo entre varios cambios climáticos pasados y un conjunto de oleadas migratorias que salieron de África hace unos 125.000 años (por lo que apoyan también la idea de que hubo varias migraciones). Según su modelo, varias glaciaciones provocaron migraciones a través de la península arábiga y el Mediterráneo oriental. Además, su trabajo apoya la idea de que el humano llegó al mismo tiempo al sur de China y a Europa, hace unos 80.000 años.
Tal como ha aclarado esta investigación, aunque no resulta sencillo relacionar el clima pasado con el humano pretérito, hay casos en los que este vínculo es claro. Por ejemplo, hace unos 12.000-5.000 años el actual desierto del Sáhara estaba cubierto de vegetación, bosques, lagos y ríos. Por eso en la región se han encontrado restos de actividad humana hasta hace unos 5.000 años, momento en el que los cambios en la órbita de la Tierra trastocaron el régimen de lluvias de la zona.
Parece claro que los genes son poderosas herramientas para acercarse al pasado del hombre. Pero tienen sus límites. No se puede olvidar la complejidad de la historia humana, reflejada en la diversidad de lenguas, restos arqueológicos y linajes genéticos encontrados hoy en día. Solo una ciencia armada con muchas disciplinas, como la arqueología, la antropología, la genética y la climatología, puede tratar de entender el pasado del hombre. Ese gran viajero que caminó por todos los continentes.
Fuente: abc.es
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