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domingo, 8 de diciembre de 2019

La sorprendente vida y el trágico final de Mary Terán de Weiss, la tenista olvidada que encandiló a Perón

Pionera en el país en un deporte considerado por muchos “elitista”, se destacó en Argentina y en el mundo durante los años ‘40 y ‘50. Sin embargo, por su militancia terminó prohibida y en el olvido. Tras la muerte de Evita, Juan Domingo Perón llegó a proponerle casamiento


Los medios de su época la criticaban porque usaba polleras cortas y con encaje. Fue pionera en un deporte que por aquellos años ofrecía muy poco lugar a las mujeres. Hija del encargado del buffet de un club, se consagró campeona en Argentina y en el mundo en una actividad que durante los años ’40 y ’50, tiempos en los que ella brilló como nadie en los courts más destacados, parecía destinado únicamente a una elite.

Juan Domingo Perón llegó a proponerle casamiento. Trabajó para difundir el tenis por todo el país y para que el deporte llegara cada vez a más personas. Se asumía como militante peronista y fue amiga de Evita. Perseguida y prohibida, después del golpe del '55 debió vivir fuera del país.

Olvidada y deprimida, decidió terminar con su vida de manera trágica: se tiró al vacío desde un séptimo piso. Se cumplen 35 años de aquel triste desenlace para una de las deportistas más importantes de la Argentina.

La vida de Mary Terán de Weiss tiene varias aristas y va, inexorablemente, unida a los avatares de la historia del país. María Luisa Beatriz Terán nació en Rosario, en 1918, y jamás pasó inadvertida. Mientras su padre trabajaba en el buffet del Rowing Club de su ciudad natal, Mary y sus hermanos se destacaban por sus habilidades en casi todos los deportes. Ella hizo natación, llegó a cruzar el río Paraná a los 15 años y fue timonel de un equipo de varones. Incansable, en cuanto detectó que tenía condiciones para el tenis quiso practicar cada vez más y mejor el llamado "deporte blanco". Así fue que un día un entrenador sueco de apellido Sanders, que trabajaba para el equipo de la Copa Davis, la descubrió y se ofreció a trabajar con ella. Comenzó de esa manera una carrera imparable. O casi.

Las crónicas periodísticas de aquellos años la describen como una gacela en las canchas. Dicen que era una gran estratega para los partidos largos y que, pese a que medía apenas 1,60 y era delgada, lograba dar potentes drives que incomodaban a sus rivales. La apodaban “La Piba”.

“A los 19 años participó en varios torneos en Buenos Aires como miembro de la Liga Santafesina, y en el ’37 intervino en los Juveniles de los Grandes Campeonatos Nacionales, ya representando al Adrogué Tennis Club. Era la figura más promisoria del tenis femenino del país y con Felisa Piédrola reforzó los contingentes del Buenos Aires Lawn Tennis Club”, relata la periodista Liliana Morelli en su libro Mujeres deportistas (Editorial Planeta). Fue justamente un partido que le ganó a Piédrola, por entonces la primera raqueta femenina del país, lo que puso a Mary en boca de todos, en 1939. Aquel triunfo de Terán inauguró también una rivalidad entre ambas que trascendería las canchas: años más tarde las diferencias políticas las dejarían paradas en veredas opuestas.



A comienzos de 1940 la vida personal de la rosarina cambiaría rotundamente. Durante un viaje para disputar un campeonato, conoció al destacado tenista Heraldo Weiss, un joven muy apuesto que quedó deslumbrado por la belleza y la actitud de Mary.

“El tren, que tendrá Córdoba como estación terminal, lanza con estridencia su señal de partida, mientras dos tentativos pasajeros apresuran sus pasos ante el riesgo de perder el viaje”, relata en el libro Mary Terán de Weiss (Ediciones Fabro) el periodista especializado en tenis Roberto Andersen, quien además fue amigo de la tenista. “Él, a pesar de no conocerla, toma el brazo de una joven, también con el intento de encarar la escalerilla del último furgón del tren.



Con leve sonrisa manifiestan complacencia de la firme presencia del convoy”, agrega el biógrafo. Nace así un romance entre ambos, que se casarían en 1943. También surge de ese modo una imbatible pareja de dobles, que representó a la Argentina por el mundo.

Catapultada al primer puesto del ranking nacional en 1941, Terán ocupa esa misma posición en 1944, 1946, 1947 y 1948. Un año clave para la deportista será 1951, cuando gana varias medallas en los Primeros Juegos Panamericanos, que tuvieron lugar entre 25 de febrero al 9 de marzo de ese año en Buenos Aires y que fueron un intento del gobierno para impulsar el deporte nacional.



En aquel entonces y a instancias de su marido, que adhería al justicialismo, la deportista conoció al presidente Juan Domingo Perón. Luego de esa victoria rutilante, Terán y otros tenistas de la época, como Enrique Morea y Alejo Russell, se convertirían en embajadores de ese deporte, con apoyo de la Asociación Argentina de Tenis, que se hacía cargo de los pasajes y gastos que tenían en el exterior.

Por aquellos años, Mary y Heraldo no dejaban de impactar con sus atuendos y su elegancia por todo el mundo. Se reunían con celebridades y hasta llegaron a conocer a la reina británica luego de un partido. Una auténtica influencer de su época, Mary fue precursora también en exhibir ropa deportiva exclusivamente diseñada para ella. Para la vida social se lucía con un impactante guardarropas con vestidos muy modernos combinados con carteras y zapatos que la hacían lucir como nadie.

LA PROPUESTA DE PERÓN

Aquellos tiempos felices se terminaron cuando a Weiss le detectaron un cáncer que en poco tiempo terminaría con su vida. Aunque consultaron en los centros médicos más importantes del mundo e intentaron llevar adelante distintos tratamientos, el tenista falleció en 1952, año en el que también moriría Eva Perón.



Fue justamente en esa época en la que Mary comienza a reunirse con el entonces presidente y los rumores sobre un supuesto romance entre los recientes viudos recorrieron los medios del mundo. Sin embargo Terán negó cualquier tipo de vínculo amoroso con Perón. Según el biógrafo de la tenista, en una de las visitas que hizo a la residencia presidencial de Olivos, el mandatario le propuso casamiento mientras le mostraba unas vitrinas que exhibían joyas de Evita.

"Tras un corto silencio, el primer magistrado propone a su invitada tomar la pieza de su mayor agrado, a lo que ella responde: 'Señor, valoro su gesto pero no acostumbro a usar joyas'. Perón pone énfasis al expresar: 'Muchacha –así la llamaba– quiero significar que mi deseo es el de que todas las piezas le pertenezcan, siendo mi esposa. Estoy pidiendo su mano", narró Andersen en su libro.



La propuesta, sin embargo, fue rechazada. “Me siento muy honrada señor, pero estimo no ser la indicada. Estoy compitiendo en el exterior en momentos muy próximos a ser ranqueada entre las 10 primeras tenistas del mundo y ello sería concretar un sueño. No puedo interrumpir la carrera que estoy sosteniendo para decidir formar un hogar. Usted ha perdido una esposa, poseedora de una fibra política, cualidad de la que no estoy dotada. Usted es digno de tener una compañera de esa línea. Yo vuelco mi pasión por la actividad deportiva”, respondió, firme, Mary.

En aquella época, mientras seguía luciéndose en las canchas y lograba su sueño de alcanzar el top ten mundial, Terán fue designada jefa de los Campos Deportivos Municipales de la ciudad. Su intención era popularizar el llamado "deporte blanco" considerado "de elite" mediante su participación en ese cargo y con la promoción de los Ateneos Deportivos Femeninos Evita.

EL PRINCIPIO DEL FIN

Mary Terán estaba jugando las finales del Abierto de Alemania Occidental cuando el gobierno de Perón fue derrocado, el 16 de septiembre de 1955, por la llamada Revolución Libertadora. Su vida, nuevamente, volvería a cambiar por completo.



“Intervenida la Asociación Argentina de Tenis, las nuevas autoridades argentinas enviaron un telegrama a la Federación Internacional para que no dejaran participar más a Mary Terán en sus torneos. Mientras, en el país eran incautados todos sus bienes a la vez que comenzaba una investigación que duraría varios años. Pero la Federación Internacional rechazó el pedido y le permitió a Mary seguir jugando”, detalla Víctor Lupo en su libro Historia política del deporte argentino 1610-2002 (Editorial El Corregidor). La deportista no tuvo otra opción más que quedarse exiliada en España, donde continuó triunfando en distintos torneos, pero sus grandes logros no eran difundidos en los medios de su país, donde el antiperonismo crecía día a día.

La tenista recién pudo regresar a la Argentina en 1959, durante el gobierno de Arturo Frondizi, pero se encontró con varias dificultades. Ningún club quería aceptarla entre sus filas por su vínculo con el peronismo. El único que le abrió sus puertas fue River Plate. “Pero sus oponentes en los courts no se presentaban y el Campeonato Interclubes de 1963 tuvo que ser anulado por esta circunstancia”, explica Lupo en su obra.



El 22 de julio de 1964, cansada de ser injuriada y acusada de supuestos delitos como nombrar "Eva Perón" a un torneo, decidió difundir su "Carta Abierta a la opinión pública". "Mi situación constituye una inhumana e injusta persecución, alentada por el inconfesable deseo de evitar que vuelva al primer plano en mi deporte favorito", escribió con tristeza.

Sin poder rankear y viéndose obligada a la humillación de ir a los torneos preparada para jugar, esperar el tiempo reglamentario y que ninguna rival se presentara, Terán decidió, muy apenada, alejarse para siempre de aquel deporte que amaba y retraerse de la vida pública. Apenas pudo continuar al frente del local de venta de ropa deportiva que había fundado su esposo.



Pero ya no sería la misma. Profundamente deprimida, el 8 de diciembre de 1984, mientras visitaba Mar del Plata con unas amigas, Mary decidió arrojarse desde el séptimo piso de un edificio. Tenía 66 años. Olvidada por el mundo del tenis, aquel al que le había brindado grandes hazañas, apenas algunas figuras de ese ambiente fueron a su sepelio.

A 35 años de aquel trágico final, parecen pocos los homenajes hacia una figura sobresaliente que quedó prácticamente olvidada. En 2007 el predio conocido como Parque Roca en Buenos Aires fue bautizado con el nombre de la tenista, aunque pocas veces el lugar se recuerda con esa nomenclatura.

En 2014, se estrenó el documental Mary Terán, la tenista del pueblo, que cuenta su vida. Y recién desde septiembre de 2017, una calle del barrio conocido como La Cerámica, en Rosario, lleva su nombre. Aquella ciudad que la vio nacer para convertirse, años después, en una de las glorias deportivas más importantes de su país.

Fuente: Infobae.com

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