La significación histórica, política y sociológica del marquesado del Valle de Tojo – Toxo en su grafía original – impulsó a llevar este estudio que contiene aportes relativos a la genealogía de las familias Velázquez (Bernárdez)2 de Ovando y Fernández Campero. Se esboza, además, algunos datos acerca de la particular historia de este terruño, perteneciente ab initio al Virreinato del Perú, para pasar hacia 1776 a la égida del Río de la Plata, cuando la creación de la unidad virreinal homónima, y más tarde, ya extinta esta última, quedando divididas en el territorio de tres Estados independientes: Argentina, Bolivia y Chile.
Ante lo antedicho, se trata de lo concerniente al derecho nobiliario, materia poco transitada aún por los estudiosos, pero que aporta un ingente caudal de datos, develando el porqué de muchos aconteceres e ilustrando acerca de la entrega de estos títulos, unida entonces a la concesión de feudos, prebendas económicas, exacciones para con la Corona de España e impregnadas de un encumbrado timbre de honor para sus poseedores.
Aquí no se ahonda en el proceso independentista, ni en la descendencia de quienes fueron titulares de este marquesado, dado que no constituye materia del presente y al hecho de haber sido tratado por otros historiadores y genealogistas.
La Familia Velazquez de Ovando y sus Tierras
Un amplio territorio, comprendido conforme referencias actuales por una dilatada región que se extiende a través de la porción norte de las provincias de Salta y Jujuy – en la República Argentina -, parte de los departamentos de Tarija, Chuquisaca y la provincia de Sud Chichas en el Estado Plurinacional de Bolivia, compone el eje de esta historia. En otras palabras, una dehesa que incluye los hoy municipios de Chuquisaca, Tarija, Tupiza, Yavi, Orán, Casabindo, Cochinoca, Santa Victoria Oeste, Iruya, hasta San Antonio de los Cobres, abarcando toda la Puna de Atacama, tanto del lado argentino como boliviano.3
La obtención de este patrimonio inmobiliario se remonta a las postrimerías del siglo XVI, cuando el otrora titular de la Corona española S.M. don Carlos II, verificó la concesión de los territorios nombrados a favor de don Gutierrez Velázquez de Ovando. Como se ve a continuación, este personaje fue el abuelo paterno de doña Juana Clemencia Velázquez de Ovando.
La nobleza española cimentada en altos valores éticos y morales, inculcó a sus descendientes la mantención y acrecentamiento de los mismos, en particular a quienes se lanzaban a la aventura de poblar el nuevo mundo.
Este estudio centra su atención en los linajes montañeses, procedentes del norte de la península ibérica y particularmente en la dinastía Aragonesa – Navarra, de la cual provino don Pedro Ortiz de Zárate.4
Según lo certifican acreditados genealogistas que se citan, don Pedro fue descendiente de Don Ramiro, primer Rey de Aragón, hijo éste del séptimo Rey de Navarra Don Sancho Garcés, encontrándose también entre sus ascendientes el primer Señor de Zárate, en el siglo XIII.5
Se llega así, desandando los años a don Pedro Ortiz de Zárate y Zárate – avecindado en Aranguiz -, donde se casó con María Fernández, convirtiéndose en padres, entre otros, de Pedro Ortiz de Zárate y Aranguiz, quien pasó al Virreinato del Perú estableciéndose en Chuquisaca, donde contrajo enlace con doña Petronila de Castro, una viuda de rancia familia que allí moraba.6
Entre los hijos del matrimonio figuró doña Juana Ortiz de Zárate y Castro, quien se casó con Gutierrez Velázquez de Ovando, siendo progenitores de siete hijos, como don Pablo Velázquez de Ovando y Zárate.7
Este último se desposó con doña Ana María de Mogollón y Orozco, procreando como única hija a doña Juana Clemencia Velázquez de Ovando y Mogollón, conocida como Juana Clemencia de Ovando.8
Las Dehesas en Poder de los Fernández Campero
La casa troncal de la familia Fernández Campero estuvo radicada en la villa santanderina de Abionzo, en las montañas de Burgos, España, remontándose sus orígenes conocidos a finales del siglo XVI. De allí provino don Diego Fernández Campero, casado con Inés Rodríguez Campero, ambos progenitores entre otros de Juan Fernández Campero y Rodríguez Campero, nacido en la Villa de Saro en 1615.9 Este último contrajo enlace marital con doña María de Herrera y Pérez del Camino, trayendo al mundo dos hijos, Jerónimo y Juan José.
Juan José Fernández Campero y Herrera fue bautizado en Abionzo, Valle de Carriedo, Santander, España, el 16 de septiembre de 1645, llegó al Virreinato del Perú con la expedición de don Pedro Fernández de Castro, X Conde de Lemos, el 9 de noviembre de 1667.10 El Conde de Lemos había sido nombrado por S.M. don Carlos II como XXVII Virrey del Perú, cargo que desempeñó hasta su deceso ocurrido en Lima, hacia 1672.11
Fernández Campero y Herrera, trajo consigo una carta de recomendación de la Reina consorte doña Mariana de Austria, facilitando su camino en estas tierras, ocupando diversos cargos concejiles.
Mediante la Real Cédula de 5 de julio de 1688 fue cruzado Caballero de la Orden de Calatrava, llegando a ostentar el grado militar de Maestre de Campo, convirtiéndose en un personaje de nota en aquellas regiones.12
Tuvo dos matrimonios, el primero en 1678 con doña Juana Clemencia Velázquez de Ovando, única heredera de las dehesas territoriales ya referidas, que incluían la hacienda y viña de La Angostura y la estancia de San Francisco de Yavi, entre muchas otras, más las encomiendas de Casavindo y Cochinoca.13
Fallecida doña Juana Clemencia de sobreparto – el 30 de diciembre de 1690 – y no habiendo hijos del matrimonio, don Juan José Fernández Campero quedó como único dueño de todas las posesiones descriptas.14
Contando con sesenta y tres años hacia 1708, contrajo segundas nupcias con doña Josefa Gutiérrez de la Portilla, en quien sí tuvo sucesión, gestionando la ampliación de las encomiendas y obteniendo el título de Marqués del Valle de Tojo.
Encomiendas de Casabindo y Cochinoca
Las constancias documentales sitúa el surgimiento de estas encomiendas el 21 de noviembre de 1602, siendo su formador y primer titular el capitán Cristóbal de Sanabria, teniente de gobernador de San Salvador de Jujuy que en unión con Clara Fajardo de Montoya nació Fernando de Sanabria y Fajardo, sucesor de su padre en estas importantes encomiendas, donde se explotaban salitre y minerales, en su persona tuvo fin esta concesión.15
El Gobernador de Tucumán Alonso de Mercado y Villacorta16, el año 1664, concedió esta merced a favor de Pablo Velázquez de Ovando, vecino de la villa de San Bernardo de Tarija –ya aludido en el trabajo- por ser el progenitor de doña Juana Clemencia Velásquez de Ovando.
Corresponde acotar que dicha merced había sido efectuada por tres vidas, es decir, para sí y dos generaciones más. Por lo cual doña Juana la explotó en segunda vida y a su muerte lo hizo don Juan José Fernández Campero y Herrera, en tercera vida.17
El nombrado ejerció su derecho como último encomendero, extinguiéndose esta línea de no haber sido por las súplicas reiteradas al monarca, quien en consulta con el Consejo de Indias y previo pago de los impuestos pertinentes, cuatro medias anatas18 en el caso de marras, estipuló hacer merced de la encomienda por tres vidas más.19 Especificado en las provisiones reales del 10 de abril y del 25 de junio de 1705.
Si bien los descendientes en cuarta y quinta generación promovieron diversos pleitos, asegurando que la encomienda había sido concedida a perpetuidad, existe documentación que demuestra que ello no es así.20
Trabajos de investigación de eminentes genealogistas como Carlos Luque Colombres, Gastón Gabriel Doucet y Jorge Zenarruza, entre otros, así lo demuestran.
No se extenderá más acerca de este particular, dado que no configura materia específica de este estudio.
Creación del Marquesado y sus Vinculaciones
Hacia principios del año 1708, don Juan José Fernández Campero casi con 63 años de edad, contrajo segundas nupcias con la cuzqueña doña Josefa Gutiérrez de la Portilla, pensando de seguro en tener descendencia, lo cual ocurrió al poco tiempo.
En tal sentido, siendo un hombre con extensas dehesas territoriales, inmensamente acaudalado y con la encomienda de Casavindo y Cochinoca pensó en realizar un nuevo servicio al monarca, obteniendo a cambio la concesión de una merced nobiliaria unida a un mayorazgo, para sí y sus herederos, es decir ad perpetuum rei memoria.21
A raíz de este servicio y otras consideraciones el soberano de turno Don Felipe V, otorgó el honroso título nobiliario de nueva creación: Marqués del Valle de Tojo, por Real Cédula de 9 de agosto de 1708.22
Posteriormente, el interesado enlazó el mismo a un mayorazgo y propiedades. Es de hacer notar que dicho Título de Castilla fue el único vinculado a un mayorazgo concedido dentro del actual territorio de la República Argentina.23
En cuanto al documento de concesión se tiene un extracto del mismo que merece autenticidad. El mismo dice:
“TITULO DEL MARQUÉS DEL VALLE DE TOJO. – Otorgado por S.M. a D. José Fernández Campero de Herrera para sí y sus herederos y sucesores, en atención a la nobleza de su familia, haberle servido con singular cuidado en la conservación política, doctrina y enseñanza de la encomienda de Casavindo y Cochinoca en la provincia de Tucumán, de que le hizo merced en 25 de junio de 1705, concediéndole supervivencia de tres vidas en ella, por haber fenecido otras tres que gozaron sus antecesores, y especialmente por el servicio de 15.000 pesos escudos de plata entregados de contado en la Corte. El decreto de este título se expidió en 10 de julio de este año. Buen Retiro, 9 de agosto de 1708”.24
Al examinar el Derecho Nobiliario, surgen varias consideraciones: 1) se trata de un Título de Castilla; 2) el mismo estuvo vinculado a un mayorazgo; 3) la carta de concesión especifica que la merced se otorga para el agraciado y sus legítimos sucesores; 4) se tienen en consideración los buenos antecedentes, los servicios prestados al Rey y el pago al cual se hace referencia y que importaría a priori la compra del mismo. Como se ve entonces cada uno de estos prenotados en forma lacónica:
Título de Castilla: Conforme su procedencia, los títulos nobiliarios españoles poseen distintas distinciones, entre ellas, Títulos de Castilla, Títulos de Aragón, Títulos de Navarra, Títulos de Indias, etc. En los primeros tres casos citados, antes del surgimiento de la Monarquía Nacional y unidad de España con los motejados Reyes Católicos, los monarcas de cada territorio otorgaban mercedes nobiliarias según su propia normativa. Tras la unificación el concedente era el mismo, es decir el Monarca en común, quien los otorgaba a través del fuero pertinente, quedando dichas mercedes sujetas al régimen jurídico de su región de origen.25 Operada la desaparición del Antiguo Régimen, todas las dignidades nobiliarias existentes pasaron a denominarse Títulos de Castilla, sin perjuicio de su procedencia histórica. En el caso de marras, es un Título de Indias, pero su denominación jurídica correcta es Título de Castilla, pues en consonancia con las capitulaciones suscriptas por los Reyes Católicos, los territorios indianos que se descubriesen quedaron incorporados a la Corona de Castilla.26 Por ende, luego de su concesión eran tramitados por la Cámara de Castilla, expidiéndose despacho auxiliatorio a través de la Cámara de Indias, a efectos que tuviesen validez plena en dichos territorios.27
Vinculación a un Mayorazgo: La institución del Mayorazgo, preceptúa el derecho que posee el hijo primogénito de suceder a su progenitor en los bienes relictos, con la condición de conservar la integridad de los mismos. Algunos juristas lo definen como “el orden de llamamientos establecido por su creador para suceder en una parte o en todos los bienes que forman una herencia”28. Lo cierto es que esta institución tuvo por objeto la conservación y acrecentamiento de los bienes relictos, a través de las distintas generaciones de una familia, medida que muchas veces se veía respaldad por los diversos enlaces maritales.29 En el caso en estudio la constitución de Mayorazgo determinó, entre otras cosas, la perdurabilidad del apellido Fernández Campero, utilizado por el IV Marqués, pese a proceder el mismo por parte de su abuela paterna, la II Marquesa.
Términos de la Carta de Concesión: La Carta de Concesión o Título, es llamada más correctamente Letra Patente y es en la misma donde el Monarca que la expide, determina el tipo de titulación y sus alcances.30 Por ella se rige por tanto la sucesión de la merced nobiliaria. En el caso planteado la concesión regia se hace a favor de “…D. José Fernández Campero de Herrera para sí y sus herederos y sucesores….”, es decir para él y sus descendientes.
Servicios prestados y pagos a la Corona: Esta concesión graciable alude además a los servicios prestados a la Corona, como el cumplimiento en tiempo y forma de los impuestos y exacciones fiscales, la conservación de dichos territorios y adoctrinamiento de los aborígenes, todo ello a favor del Reino de España. La acrisolada nobleza e hidalguía familiar también es puesta de manifiesto y considerada. Pero también se alude al pago “…de 15.000 pesos escudos de plata entregados de contado en la Corte…”, por lo cual se podría inferir que el título fue comprado. Sin embargo no fue exactamente así. El Marquesado del Valle de Tojo es de los denominados Títulos Beneficiados, que son aquellos creados por los monarcas para ser vendidos en beneficio de obras. Dicha práctica tuvo su auge en España durante los reinados de Don Carlos II y de su sucesor inmediato en el trono Don Felipe V, primer exponente de la Casa de Borbón en España.31 Éste último, a más de iniciar las grandes reformas borbónicas, debió hacer frente a un reino en bancarrota, de allí que con el objeto de financiar diversas obras públicas recurrió a este recurso.32
Fueron cinco los titulares cabezas de familia, quienes ostentaron esta dignidad nobiliaria, cuatro de ellos en forma efectiva que residieron en San Francisco de Yavi33, principal centro poblado del extenso marquesado.34 El restante fue un descendiente colateral de la familia, con el apellido Pérez de Uriondo, quien lo reclamó a través de reivindicación en España.
Mucho se ha dicho y escrito sobre la descendencia acerca de la figura de los Marqueses del Valle de Tojo, dando lugar a conjeturas, afirmaciones desaprensivas y dislates jurídicos. Para el efecto, en éste trabajo se valora las prolijas investigaciones de Gastón Gabriel Doucet, que citamos.35
Los Descendientes del Primer Marqués
Se esboza ahora una genealogía elemental acerca de los cuatro titulares efectivos del marquesado.36
I JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ CAMPERO DE HERRERA, nac. en Abionzo, Santander, España,baut. el 16-IX-1645. Creado Primer Marqués del Valle de Tojo el 9-VIII-1708. Otorgó poder para testar en el Valle de Tojo, el 6-XI-1718. C.m. en 1° nupcias en 1679 con Juana Clemencia Velázquez de Ovando, s/suc., C.m., en 2° nupcias el 26-II-1708, con Josefa Gutiérrez de la Portilla, fall. después del 10-VII-1727, teniendo por hijas a:
A) Manuela Micaela Ignacia Fernández Campero y Gutiérrez de la Portilla, que sigue en II, y
B) Rosa Josefa Fernández Campero y Gutiérrez de la Portilla;
II MARÍA MICAELA IGNACIA FERNÁNDEZ CAMPERO Y GUTIÉRREZ DE LA PORTILLA, baut. el 25-XII-1710 en Santa Rosa de Tojo, Tarija. Segunda Marquesa del Valle de Tojo desde 1716. Testó el 9-XI-1759, falleciendo cuatro años más tarde. C.m. con Alejo Martierena del Barranco, nat. de Guipúzcoa, España. Ambos padres de:
A) Antonia Prudencia de Martierena y Fernández Campero,
B) Petrona Ignacia de Martierena y Fernández Campero,
C) Ana María de Martierena y Fernández Campero,
D) Josefa Petronila de Martierena y Fernández Campero y
E) Juan José Manuel Gervasio de Martierena y Fernández Campero, que sigue en III;
III JUAN JOSÉ MANUEL GERVASIO DE MARTIERENA Y FERNÁNDEZ CAMPERO, baut. el 20-VI-1754, en San Juan de Halina, Valle de Tojo. Tercer Marqués del Valle de Tojo desde 1763. Falleció en 1784, C.m. con su sobrina carnal María Josefa Ignacia Pérez de Uriondo y Martierena. Ambos fueron progenitores de:
IV JUAN JOSÉ FELICIANO DE MARTIERENA, PÉREZ DE URIONDO, FERNÁNDEZ CAMPERO Y MARTIERENA, baut. el 15-VI-1777, en San Francisco de Yavi. Cuarto Marqués del Valle de Tojo desde 1784. Caballero de la Orden de Carlos III. Tomó parte en las guerras por la independencia, al principio defendiendo la causa realista, más tarde a favor de los independentistas, siendo edecán de nuestro prócer egregio General don Manuel Belgrano. Tomado prisionero en la acción conocida en la historia como Sorpresa de Yavi, fue conducido prisionero al Callao y luego embarcado con destino a España. Entregó su alma al creador el 22-X-1820 en la ciudad de Kingston, Jamaica, siendo inhumado al día siguiente en la Iglesia Católica de dicha ciudad.
Colofón
La destacada jerarquía jurídica e institucional del marquesado del Valle de Tojo, su decisiva influencia territorial y su relevancia política y administrativa, han hecho de esta amplia región un báculo fundamental durante el siglo XVII y primera parte del XIX.
El declive efectivo de los mayorazgos y vinculaciones comenzó con el decreto regio del 27 de septiembre de 1820, homologado por ley del 11 de octubre del mismo año y restablecido en parte por Real decreto del 30 de agosto de 1836, aunque ya se podía disponer de una parte de los bienes relictos que estuvieren afectados.37
Según algunos historiadores el IV Marqués del Valle de Tojo firmaba sus proclamas y documentos con los nombres, apellidos y títulos siguientes: Juan José Feliciano Fernández Campero y Martierena del Barranco Pérez de Uriondo Herrera Rodríguez y Hernández de la Lanza, Marqués del Valle de Tojo, Vizconde de San Mateo, Señor de Yavi, Cochinoca y Omaguaca.38
Acerca del particular se debe acotar que en la época era común tomar los apellidos de antepasados ilustres y que la utilización del apellido Fernández Campero en primer lugar quizás se haya debido a la vinculación con el título nobiliario y mayorazgo.
Entretanto, el vizcondado y los señoríos aludidos podrían deberse a que ante las concesión de algunos títulos se estilaba el vizcondado previo. Algo similar solía ocurrir con los señoríos, aunque no se encontró constancias documentales fehacientes que acrediten tales extremos.
1 Arnaldo Ignacio Miranda Tumbarello, es Dr. h.c.¸ es educador, historiador e investigador. Presidente del Instituto Belgraniano del Partido de Tigre, presidente de la Junta de Estudios Históricos de los Barrios del Oeste; presidente de la Junta de Historia y Cultura de la Floresta.
2 Este apellido está consignado en forma indistinta, es decir como Velázquez y/o Bernárdez de Ovando, tanto en la documentación compulsada, así como en los distintos trabajos relativos al tema. Hemos optado en el presente, por consignarlo como Velázquez.
3 Paz, Gustavo, “Gran propiedad y grandes propietarios en Jujuy a mediados del siglo XIX”, Cuadernos de Humanidades N° 21, Jujuy, Universidad de Jujuy, 2003, p. 11-12.
4 Zenarruza, Jorge, “Líneas de las dinastías Astur-Leonesa; Aragonesa y Navarra, en la Provincia de Jujuy”, Genealogía N° 16, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1977, p. 245.
5 Idem., p. 244; Confer. “Ejecutoria de Nobleza, mandada a levantar por Don Juan Ortiz de Zárate y Murguía”, Madrid, España, 29-VIII-1686, en Boletín del Instituto “Don Sancho El Sabio”, Vitoria, Álava, España.
6 Zenarruza, Jorge, Ob. Cit. 1977, p. 246.
7 Idem., p. 249.
8 Zenarruza, Jorge, “Antecedentes para un estudio del Marquesado del Valle de Tojo”, Genealogía N° 17, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1978, p. 505.
9 Ibarguren (h), Carlos, “Fernández Campero Martiarena y Pérez de Uriondo, Juan José”, Genealogía N° 15, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1976, pp. 197-198; Confer. Zenarruza, Jorge, Ob. Cit., 1978, p. 506.
10 Lohmann Villena, Guillermo Los Americanos en las Órdenes Nobiliarias (1529-1900), tomo II, Madrid, Instituto Gonzalo Fernández de Oviedo, 1947, p. 377.
11 Miranda Tumbarello, Arnaldo Ignacio Adolfo y De Gavaldá Y Castro, Rubén Alberto, Fons Honorum. Compendio de Derecho Nobiliario Europeo y Americano, Buenos Aires, Instituto Heráldico de Buenos Aires, 2015, p. 87.
12 Lohman Villena, Guillermo, Ob. Cit., 1947 p. 378-380.
13 Ibarguren (h), Carlos, Ob. Cit. 2976 Pp. 197; Confer. Miranda Tumbarello, Arnaldo Ignacio Adolfo y De Gavaldá Y Castro, Rubén Alberto, Ob. Cit., 2015, p. 91-92.
14 Zenarruza, Jorge, Ob. Cit., 1978 Po. 506; Confer. Lohmann Villena, Guillermo , Ob. Cit., 1947, p. 399; Confer. Miranda Tumbarello, Arnaldo Ignacio Adolfo y De Gavaldá Y Castro, Rubén Alberto, Ob. Cit., 2015, p. 92.
15 Luque Colombres, Carlos, Notas a un documento sobre la encomienda de Casavindo y Cochinoca, Revista Historia N° 5, año II, trimestre julio/septiembre de 1956, Buenos Aires, p. 145; Confer. Vergara, Miguel Ángel, Historia Eclesiástica de Jujuy, Tucumán, 1942, p. 140; el autor cita documentación original; Confer. Archivo Histórico de Córdoba, Protocolos, Escribanía 1°, legajo 14, foja 247.
16 Alonso de Mercado y Villacorta gobernó Tucumán y todos sus territorios dependientes en dos oportunidades, 1655 a 1660 y 1664 a 1670. Durante su gobierno emprendió diversas campañas con las cuales desalojó a once mil indios calchaquíes, distribuyendo esas tierras entre los españoles.
17 Luque Colombres, Carlos, Ob. Cit., 1956, p. 138-143.
18 Este impuesto, al igual que el de Lanzas fue creado por Reales Cédulas de 18 de agosto de 1631 y 10 de diciembre de 1632. En el caso de la Media anata se abonaba por única vez, cuando el agraciado entraba en posesión de la merced, fuese ésta una encomienda, mayorazgo y/o título nobiliario.
19 De Maroralgo y Lodo, José Miguel (Conde de los Acevedos), Historia y Régimen Jurídico de los Títulos Nobiliarios, manual de nobiliaria I, Madrid, Hidalguía, 2007, p.186-187.
20 Luque Colombres, Carlos, Ob. Cit., 1956, p. 139, el autor deja constancia de no haber podido compulsar el texto original de ambos decretos reales, pero cita los antecedentes respectivos hallados en el Archivo de Indias; Confer. Archivo General de Indias, Sevilla, Sección V, Audiencia de Charcas. Consultas originales pertenecientes al distrito de la Audiencia de Charcas, años 1703-1706, legajo 155.
21 Expresión latina que significa “para perpetua memoria de la cosa o del hecho”.
22 Doucet Gaston Gabriel, “De Juan José Feliciano Fernández Campero a Fernando Campero; Aportes documentales y críticos al estudio de la sucesión del Marquesado del Valle de Tojo en el siglo XIX”, Genealogía N° 26, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1993, p. 9; Confer. Miranda Tumbarello, Arnaldo Ignacio Adolfo y De Gavaldá Y Castro, Rubén Alberto, Ob. Cit., 2015, p. 90-92.
23 Idem.
24 Pastells, Pablo, Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay, tomo V, Madrid, 1933, p. 177; Confer. Luque Colombres, Carlos, Ob. Cit., 1956, p. 144. Este autor reproduce el fragmento del documento que exponemos, aclarando que en el prólogo de la obra del Padre Pastells, realizado por Antonio Astrain, éste deja constancia que el autor presenta a los ojos del lector no el texto completo, pero sí un resumen extractado con toda fidelidad de cada documento, (tomo I, Madrid, 1912, p. XXI; Confr. Archivo General de Indias, Sevilla, Audiencia de Charcas, 1708-8-9.
25 De Maroralgo y Lodo, José Miguel., Ob. Cit., 2007, p. 34-37.
26 Miranda Tumbarello y De Gavaldá Y Castro, Ob. Cit., 2015, p. 90-92.
27 De Maroralgo y Lodo, José Miguel, Ob. Cit., 2007. p. 36.
28 Gil Rodríguez de Clara, Vanessa Eugenia, Los Títulos Nobiliarios en la Jurisprudencia, Madrid, Editorial Reus S.A., 2006, p. 25.
29 Sanchez- Arcilla Bernal, José, Evolución de la Nobleza Hispánica, en Derecho Nobiliario (Carlos Rogel Vide, director), Madrid, Editorial Reus S.A., 2005, pp.34-35.
30 Miranda Tumbarello, y De Gavaldá Y Castro, Ob. Cit., 2015. p. 59-60.
31 Domínguez Ortiz, Antonio, Carlos III y la España de la Ilustración, Madrid, Alianza Editorial, 2005, p. 15-19.
32 Madrazo, Guillermo, Hacienda y Encomienda en Los Andes. La Puna argentina bajo el Marquesado de Tojo, siglos XVII a XIX, Buenos Aires, Fondo Editorial, 1982, p. 43; Confer. Miranda Tumbarello, Arnaldo Ignacio Adolfo y De Gavaldá Y Castro, Rubén Alberto, Ob. Cit., 2015, p. 18.
33 Muchos autores han titulado Marqués de Yavi o en forma ambigua Marqués de Yavi o del Valle de Tojo, a esta merced nobiliaria lo cual es erróneo. Como fue dicho San Francisco de Yavi fue un importante centro del marquesado y la residencia principal de la familia. La titulación correcta es Marqués del Valle de Tojo.
34 Doucet, Gastón Gabriel, “Un linaje de Noroeste Argentino. Los Uriondo de Jujuy y Santiago del Estero”, Genealogía N° 32, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 2006, p. 19-22.
35 Idem., p. 19-72; Confer. Gastón Gabriel Doucet, “Identidades ficticias: Los Campero de Cinti”, Genealogía N° 30, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1999, p. 153-228.
36 Ibarguren (h), Carlos, Fernández Campero Martiarena y Pérez de Uriondo, Juan José”, Genealogía N° 15, Buenos Aires, Instituto Argentino de Ciencias Genealógicas, 1976, p. 127-128; Confer. Zenarruza, Jorge, Ob. Cit., 1978, p. 505-512; Confr. Gastón Gabriel Doucet, Ob. Cit. 2006, p. 19-72; Confer. Yaben, Jaciento R., Biografías Argentinas y Sudamericanas, tomo IV, Buenos Aires, Ediciones Históricas Argentinas, 1955, p. 567-569.
37 de Maroralgo y Lodo, José Miguel, (Conde de los Acevedos), Historia y Régimen Jurídico de los Títulos Ob. Cit., 2007, p. 28-29.
38 Vicente Osvaldo Cutolo, Nuevo diccionario Biográfico Argentino, tomo III, Buenos Aires, Editorial Elche, 1971, pp. 48-49.
Fuente: Elpais.bo
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