Enrique Domingo Cadicamo, nació el 15 de julio de 1900, en General Rodríguez en el oeste del Gran Buenos Aires. Como ya sabemos fue un creador de clásicos de nuestro tango, como Nostalgias, Los Mareados, Che papusa oi, Muñeca Brava y Madame Ivonne.
Cuenta alguna historia que en uno de los viajes que Cadicamo realizo a Paris, un músico que andaba por allí le contó la aventura de un porteño que disfrutaba gastando su dinero en las noches parisinas, hasta que una noche conoció a una chica muy linda que por las mañanas animaba fiestas infantiles haciéndose llamar Mademoiselle Ivonne (señorita Ivonne) y por las noches generalmente animaba fiestas para adultos
Este porteño que provenía de una familia ganadera enriquecida y aparentemente muy conocida en Buenos Aires se enamoró de Ivonne y le propuso matrimonio y un futuro afianzado, Madame Ivonne no dudó en aceptar y prontamente viajaron a nuestro país y fueron a vivir a una de sus estancias.
En poco tiempo el marido pretendía tener una mujer que se ocupara de la organización de la casa, que le cocine y atienda sus cosas, pero realmente Ivonne no estaba preparada, y mucho menos le interesaba prepararse, por lo cual como era de esperar el matrimonio terminó en la separación.
Algunos años después los clientes de un Cabaret aseguraban que Ivonne terminó su vida relativamente joven, pero adicta al alcohol y a las noches de diversión.
Madame Ivon, fue el último tango que Gardel grabó en Buenos Aires, lo hizo el 6 de noviembre de 1933, y el 7 se embarcó en el transatlántico Conte Biancamano, para viajar a Francia y de allí a Nueva York, ciudad a la que llega el 22 de diciembre de 1933.
¿Leyenda o Realidad?
Si bien el relato, parece ser más una leyenda, esta curiosidad, refleja una historia que comenzó hace más de un siglo y a mucho más allá del letrero enlozado, que hace algunos años fue adquirido en la Feria de San Telmo por un coleccionista anónimo.
La letra del Tango
Tango 1933
Letra: Enrique Domingo Cadicamo
Música: Eduardo Pereyra
Madame Ivonne
Mademoiselle Ivonne era una pebeta
que en el barrio posta del viejo Montmartre
con su pinta brava de alegre griseta,
animo las fiestas de Les Quatre Arts.
Era la papusa del Barrio Latino,
que supo a los puntos del verso inspirar,
pero fue que un día llego un argentino
y a la francesita la hizo suspirar.
Madame Ivonne...
la cruz del sur fue como un sino
Madame Ivonne...
fue como el sino de tu suerte.
Alondra gris,
tu dolor me conmueve;
tu pena es de nieve,
Madame Ivonne...
Han pasao diez años que zarpo de Francia.
Mademoiselle Ivonne... hoy solo es madame,
la que al ver que todo quedo en la distancia,
con ojos muy tristes bebe su champagne.
Ya no es la papusa del Barrio Latino,
ya no es la mistonga florecita de lis...
ya nada le queda... ni aquel argentino
que entre tango y mate la alzo de Paris.
Escuchar el Tango
Una completa patraña este "artículo". Lamentable y deplorable.
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