"Podemos estimar la probabilidad de que tengas un tipo de color o que tus hijos lo hereden. Determinar, haciendo cuentas y analizando, tu ancestría, si venís de una ciudad, país o región”, le dijo el científico Adrián Turjanski a este medio sobre el trabajo.
“Todo lo que nosotros somos está determinado en nuestro ADN, pero no sabemos decodificar toda esa información”, es la primera definición contundente que el científico Adrián Turjanski cuando detalla lo que hacen en la empresa Bitgenia, que a través de un análisis de saliva es capaz de determinar de dónde venimos o qué enfermedad estamos incubando.
El proyecto nació en 2015 y el Licenciado en Química por la Universidad de Buenos Aires (UBA) lo fundó junto a socios que vienen del estudio de la informática. Turjanski compara la molécula del ADN con el "libro de la vida", porque afirma que todo lo que constituye el cuerpo humano está allí. “Ahí está guardada buena parte de toda la información de lo que es un ser humano, pero hay que saber leerlo”, agrega.
Sin muchos tecnicismos, dice que la llamada medicina de precisión trabaja sobre tres mil millones de moléculas para determinar el por qué de un comportamiento físico o rasgo. “Gracias a miles de investigaciones, vemos que las letras están relacionadas con tu color de ojos y podemos estimar la probabilidad de que tengas un tipo de color o que tus hijos lo hereden. Determinar, haciendo cuentas y analizando, tu ancestría, si venís de una ciudad, país o región”, explica.
La empresa trabaja con tres tipos de kits que figuran en su página oficial: el más completo que determina rasgos genéticos asociados a la salud, la ancestría y el deporte ($29.600); otro que trabaja sobre la portación de enfermedades y la respuesta a los medicamentos ($24.000); y el menos costoso que determina rasgos genéticos asociados al perfil vitamínico y mejora la alimentación ($18.000).
Turjanski rememora que antes de la implementación de la medicina genómica el sistema de salud estaba regido por las órdenes médicas. “Las enfermedades hereditarias son 8 mil. Había un estudio para cada cosa. Todo eso funciona en el sistema de salud y es poco eficiente. Los chicos que nacen con problemas de salud lo saben luego de 7 u 8 años”, ejemplifica.
Para demostrar que el trabajo que llevaban adelante contenía valor científico, ofrecieron 100 diagnósticos gratis a diversos hospitales del país para analizar diferentes genéticas. “Ahí nos hicimos muy conocidos”, recuerda el científico. “Cuando hay síntomas raros que los médicos desconocen no queda otra que leer todo. Y ahí fue lo primero que hicimos”, dice.
Entre esos centros de salud están el Garrahan, el Gutiérrez, el Alemán o el Italiano. “Empezamos a pensar que se podría beneficiar la población porque podríamos determinar en una sola lectura toda esta información. También ayudarlos a elegir dietas correctas, evitar problemas estomacales que los gastroenterólogos no trabajan. Una medicina de prevención. Nuestro concepto es bienestar”, resume.
“En Argentina recibimos miles de consultas por mes y vendemos cientos de estos test. El objetivo es que pase como en Estados Unidos, que fue el producto más vendido en Amazon en 2018. Nuestro plan es que cada vez la gente le pierda más el miedo, que lo usen más las empresas”, dice Turjanski.
La información y la modificación del ADN
Hace tres años, en el marco de una charla TEDxRíoDeLaPlata, el científico puso sobre el tapete una duda ética: qué pasaría si se le informa a una joven pareja que su hijo o hija tendrá una enfermedad incurable en sus años de vida, test genómico mediante. Si se siguen las prácticas médicas, el doctor podría evitar la mala noticia y quedarse la información, desliza Turjanski.
“Los médicos dicen que la información es muy dura para darla en algunas oportunidades. ¿Por qué la gente no tiene derecho? Creemos que hay que darle a la persona la potestad de saber. Pero eso empezó a cambiar porque los médicos toman decisiones de otra forma. La mayoría de los medicamentos nuevos vienen con prescripción genética”, resume.
Por último, explica que los avances de la ciencia ya no sólo podrán determinar de qué está hecho nuestro cuerpo, por qué hay ojos que son azules y otros marrones, o en que reside que seamos más o menos tolerantes a la lactosa: a todo eso sumarán la potestad de modificar el ADN.
“¿Por qué no leemos a todos los recién nacidos? Cuando di la charla TEDx todavía no se había hecho la posibilidad de cambiar el ADN. Eso hoy es posible y hay pacientes, con una terapia muy cara, que nacen con ELA (NdR: esclerosis lateral amiotrófica) y se curan porque se les puede cambiar el ADN. En un par de casos ya se empezó a hacer. Podemos curar miles de chicos pero el miedo es que venga alguien que pida un hijo que mida 1,90 y sea de ojos azules. Se está optimizando aun y bajando los costos”, concluye.
Fuente: Perfil.com
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