Estaban perdidas desde hace unos 140 años, cuando se extraviaron en Buenos Aires, donde fueron enviadas para su edición junto a las actas capitulares de la colonia. Un descubrimiento fortuito permitió que la provincia recuperara ese
Las actas originales fueron halladas mezcladas entre las páginas de un tomo de las actas capitulares de la provincia, en el Archivo Histórico, después de un más de un siglo de su desaparición. Se trata de un descubrimiento trascendental a poco de haberse cumplido el bicentenario de la Autonomía Provincial, el año pasado.
Para conocer el contexto inmediatamente anterior a esos documentos, cabe recordar que el precursor de la autonomía fue Juan Francisco Borges al intentar la separación de Tucumán, pero culminó fusilado en Santo Domingo, en 1817. El gobernador de Tucumán Bernabé Araoz, depuso al teniente de gobernador Isnardi, simpatizante de la causa de la autonomía, y designó Jefe Militar a Antonio María Taboada. Tanto el cabildo como las milicias locales no aprobaban esta designación y convocaron a un cabildo abierto que envió un petitorio al Director Supremo, expresándole que estaban dispuestos a sostener a Isnardi, ya que, decían “… no tuvimos un día más amargo que aquel aciago en que se estableció Tucumán en cabeza de provincia y nos sometió a este gobierno bajo el cual no hemos experimentado otra cosa que vejaciones, insultos y despotismos”.
se hartazgo de los abusos del gobierno de San Miguel empujó a Juan Felipe Ibarra a encabezar los reclamos de la burguesía santiagueña que lo convocó desde el fuerte de Abipones, en la frontera con las tribus indígenas no doblegadas. Esos documentos llevan las firmas de Juan Felipe Ibarra y de los convencionales que ratificaron la separación de Santiago del Estero del gobierno del Tucumán (que incluía a Catamarca), el 27 de abril de 1820. El documento del 27 de Abril abrió el camino al sistema federal, pues allí se declaró “…no reconocer otra soberanía ni superioridad sino a la del futuro Congreso que organizaría la federación”. Al finalizar, dejaba de lado rencillas para ofrecer “…amistad a los hermanos tucumanos y el olvido del pasado”.
Juan Felipe Ibarra |
También hay documentos previos, con los fundamentos de la decisión de convertir al territorio en una provincia, y posteriores a esa declaración histórica. La decisión fue crucial porque se sabía que Tucumán no renunciaría a sus pretensiones de convertirse en república en esos tiempos turbulentos ni a perder los tributos que cobraba a la burguesía santiagueña. Esto desató una guerra, con varias batallas, hasta la firma del Pacto de Vinará, el 5 de junio de 1821.
En 1882 se publicó en Buenos Aires el acta de autonomía y a ese documento debieron remitirse los historiadores para acceder al texto, porque poco después desapareció su original. Los documentos escrutados indican que un editor de apellido Carranza, con vínculos familiares en Santiago, pidió las actas capitulares y las actas autonómicas para imprimirlas en tomos. El gobierno autorizó el traslado de los documentos originales a Buenos Aires, pero poco después Carranza falleció y no se pudo recuperar esos documentos de alto valor histórico por negligencia de sus herederos.
Las actas de la autonomía y las capitulares (que son los registros del cabildo colonial y postcolonial hasta mediados del siglo XIX), estuvieron desaparecidos desde principios del siglo XX. Se trata de un vacío histórico, por el extravío de un documento tan relevante como las actas de fundación de Santiago (de Juan Nuñez de Prado y Juan Francisco de Aguirre), que se perdieron con el paso de los siglos.
En los años 40 el Archivo General de la Nación publicó tomos de las actas capitulares, y, al enterarse el entonces gobernador José Ignacio Cáceres reclamó a ese organismo la devolución de esos documentos invalorables. Las actas coloniales y postcoloniales regresaron finalmente a la provincia, pero en el envío no se encontraron los documentos autonómicos. La cuestión volvió a quedar en el olvido durante décadas. Hasta hace unos días.
El director del Archivo Histórico, Juan Viaña, descubrió casualmente las actas autonómicas mientras estudiaba las capitulares, hace muy poco tiempo, según trascendió. Esos documentos estaban insertos en uno de los volúmenes de principios del siglo XIX. La explicación es que fueron mezclados por descuido con esos otros documentos manuscritos y cosidos casi al final del volumen, por lo que pasó inadvertido a lo largo de décadas.
Este descubrimiento extraordinario será anunciado oficialmente en los próximos días, por lo que tendrá un enorme efecto en la comunidad historiográfica y en la sociedad porque se trata de algo equiparable al acta de nacimiento de la provincia perdida hace más de un siglo. Todavía no se difundieron las imágenes de esas actas, por eso se ilustra esta nota con un documento similar. Se espera que los originales de este invalorable documento puedan ser exhibidos al público –posiblemente en el Centro Cultural del Bicentenario-, cuyo hallazgo adquiere una gran magnitud a 201 años de la Autonomía Provincial.
Fuente: noti.news
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