Blog donde encontrarás información de Genealogía, Historia, Arqueología, Antropología, Curiosidades, Libros y software libre de las temáticas tratadas, además de una inmensa base de datos Genealógica que llevamos más de 10 años elaborando

Últimas novedades

Buscador

lunes, 10 de diciembre de 2018

En Tano de Orlogio y Álzaga

La violencia engendra violencia. Los agravios y humillaciones personales, siembran semillas de odios que muchas veces brotan en violentas venganzas. La historia está plagada de ejemplos, de los más variados y en todos los escenarios. 

Martín de Álzaga
 Nos vamos ocupar de lo que le sucedió a Martín de Alzaga, comerciante vizcaíno, beneficiario del monopolio, traficante de esclavos, telas y armas. Era un personaje importante en el comunidad porteña de finales de siglo XVIII y principios del XIX. Se lo debe contar entre los fundadores del Consulado de Buenos Aires, del cual Manuel Belgrano fue Secretario a Perpetuidad hasta abril de 1810. 

Fue héroe junto a Liniers, en las luchas contras las invasiones inglesas de 1806 y 1807.

Pero retrocediendo en la historia, en el año 1795, también protagonizó como miembro del Cabildo porteño, la represión a un grupo de esclavos que pretendió levantarse reclamando mejores condiciones y trato y particularmente la derogación de la esclavitud. 

Con la Revolución francesa, en 1789, se extienden por la centroamericana isla de la Española y particularmente en el francesa provincia de Haití, las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad

Será el principio de igualdad lo que evoquen los esclavos haitianos en sus reivindicaciones, sobre todo cuando estos logran la abolición de la esclavitud que decretara François Dominique Toussaint-Louverture, líder de la revuelta de esclavos y se hace con el poder en 1795. El movimiento goza del apoyo ingles y finalmente la propia revolución francesa en la persona de Napoleón reconocerá la independencia en enero de 1804.

El fenómeno haitiano hemos dicho replicó en el bucólico Buenos Aires colonial, observándose que muchos residentes europeos de origen francés e italianos, apoyaban a los esclavos levantados. Este movimiento fue acompañado también, por indios y mulatos reducidos a servidumbre. 
Bernardo de Monteagudo

La nota en estos días violentos, la dio D. Martín de Alzaga, alcalde de primer voto del cabildo, quien encabezó la represión contra los rebeldes. La crueldad del cabildante impresionó a la sociedad y desde luego a fuerza de sangre y terror puso en orden el levantamiento. La tortura y fusilamientos abundaron, cosa que quedó grabada en el memoria de los porteños y de los esclavos.

Los archivos indican, que el mulato entrerriano José Díaz, murió luego de soportar mas de 10 días de intensa tortura, en crueles sesiones supervisadas por médicos, según una puntual orden dada por Alzaga: “Deben triturarse sus huesos y lacerarse su carne, para que suelte su lengua.” 

Alzaga, era un hombre de una personalidad fuerte y autoritaria, dominante e intolerante, según nos lo cuentan testigos de la época. Uno de los que odiaba a Alzaga, y dicho esto con propiedad, era Bernardino Rivadavia quien, en 1810, había recibido un lacerante y humillante agravio de parte de aquel, quien lo trató de “mulato inescrupuloso y mal nacido”, en una acalorada discusión acerca de la situación del tambaleante virrey Cisneros.

El 1812, el Secretario de Guerra y Gobierno del 1er. Triunvirato, era precisamente Bernardino Rivadavia y en los días de fines de junio y principio de julio se descubrió una conspiración realista en contra de la revolución, de la cual participaba en calidad de protagonista Don Martín de Alzaga. Se descubrieron cartas y listas de aportantes económicos, que según cuenta Bartolomé Mitre, llegaron a suscribir más de $ fuerte, 50.000, lo que constituía mucho dinero.

Alzaga, fue detenido y Juzgado, por el juez designado por nada más y nada menos que Bernardino Rivadavia y el fiscal del mismo origen Bernardo de Monteagudo, al que por su aspecto físico le decían despectivamente sus enemigos, “el mulato”. El juicio duró 48 hs., concluyendo con la condena a muerte de reo. El día 6 de julio de 1812, Martín de Alzaga es fusilado y colgado en la Plaza de la Victoria, (actual Plaza de Mayo), por tres días.

Colgado en cadáver de Alzaga, con paso lento y lágrimas en los ojos, mirando fijamente al ajusticiado, se acercó el residente italiano Santiago Angelico Antonini, de profesión relojero y por ello era conocido como el “el tano del orlogio”, según nos los cuentan Vicente López y su hijo el historiador Vicente Fidel López. 

No era piedad lo que lo movió al italiano a acercarse al cadáver colgante, sino el resentimiento y rencor que durante 17 años había macerado en su corazón, porque en aquellos días de 1795, cuando la represión a los negros esclavos, el ajusticiado lo había detenido y sometido a torturas salvajes, salvándose por la intervención de influyente personas de la sociedad que pidieron por su vida, como miembros de la familia Belgrano y Castelli. ¡Di miracolo! Se había salvado de una muerte segura en las brutales manos del represor que colgado era exhibido a la población. 

odo eso pensaba Antonini mientras miraba a su torturador muerto y a la vez que a viva voz, agradecía a Dios haberle dado la satisfacción del verlo ejecutado en forma infame a quien tanto lo había hecho sufrir y humillado. También, regaló monedas a los negros que se acercaron para verificar que efectivamente el torturador mas mentado, había muerto. 
El que a hierro mata a hierro muere”, podríamos concluir diciendo también, “siembra vientos y cosecharás tempestades.” 

Fuente:  Luis Horacio Yanicelli (*) es abogado, Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano y actual Presidente del Instituto Belgraniano de Tucumán

1 comentario: