Dionisio Inca Yupanqui, fue diputado por el Perú a las Cortes de Cádiz, parlamento conformado por los representantes de la España que quedó libre de la ocupación de los franceses a la península en los años 1808 a 1814, en el período que se ha dado en llamar la Guerra de las Independencia de España. A dicho parlamento le cupo sancionar la primera constitución de carácter liberal de España y la misma establecía una monarquía temperada o parlamentaria, limitando de esa manera el poder el Rey. De aquí que este texto es tenido como uno de los antecedentes que Belgrano tuvo en cuenta al momento de su propuesta el 6 de julio de 1816 al Congreso reunido en San Miguel de Tucumán.
Su familia reconocía antecedentes en la nobleza incaica, incluso muchos son los que afirman su descendencia de la casa monárquica de Atahualpa. Oportuno es decirlo, tal calidad no se funda en prueba documental alguna, sino que se basa en la tradición y sobre todo, en el significado del personaje en tanto que representante americano del pueblo originario que condujo el imperio más grande de Sudamérica. Era nacido en Lima en 1760 y se había criado en España a partir de 1770.
El 16 de diciembre de 1810 dio un discurso ante las Cortes, realmente memorable, reivindicando América y los pueblos originarios. Entre setiembre y octubre de 1811 el cuerpo se abocó a la discusión de la ciudadanía de los españoles europeos, americanos, originarios o indios e incluso de los negros y sus castas.
Con la denominación de casta, en aquel entonces se hacía referencia a las distintas y variadas mixturas raciales derivadas de los negros o afro.
Los mestizos, es decir blanco con indio, no participaba de la casta derivada de los afros. Porque para España, a partir de las leyes de Castilla, los indios no eran esclavos, aunque obviamente la realidad fue bien distinta a las mandas legales.
Fue en esta oportunidad, que se planteó la cuestión del derecho a la ciudadanía de los negros. El diputado Jaime Creus Martí, por Mallorca, en un despliegue de racismo a ultranza argumentó que: “… los originarios de Africa… lo son de una nación irreligiosa, inmoral, casi desnaturalizada, y con ello mucho hay que cuidar sobre todo respecto de su descendencia, ya que tales vicios, se transmiten por la lactancia.”(¡!)
ionisio Inca Yupanqui, al escuchar semejante enormidad, le contestó: “Todo el que ha estado en el Perú… sabe la general costumbre de no lactar las madres españolas europeas y americanas a sus hijos, sino entregárselas para tal fin a nodrizas negras, o de color, (como ustedes gusten), que además, los crían. Y entonces pregunto, ¿Qué distancia puede haber entre el blanco y la negra que lo alimentó, o unos mulatos, hermanos de leche, con los que mamó desde la cuna?” Y remató su alocución con una frase que repitió sistemáticamente a lo largo de sus numerosas intervenciones: “Un pueblo que oprime a otro, no puede ser libre.”
Fuente: Luis Horacio Yanicelli
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