El 12 de marzo de 1.813, la histórica Asamblea General Constituyente, aceptó oficialmente al actual Escudo Nacional como sello que se estampaba en los documentos administrativos emitidos por las autoridades de la época. La historia indica que el General Manuel Belgrano había estampado un escudo muy similar en el estandarte bendecido en Jujuy el 25 de mayo de 1812, y que luego fue depositado en el Cabildo de dicha ciudad norteña. Junto a la Bandera; el Himno y la Escarapela constituyen uno de los símbolos patrios de la República Argentina.
La heráldica es el método que describe; explica y estudia el significado de las imágenes; figuras y elementos de los escudos.
Según ésta disciplina la composición del Escudo Nacional representaría lo siguiente, aunque según un informe del Ministerio del Interior se ignora quién ideó la utilización de los emblemas que lo componen, se sabe que en conjunto representan la Gloria; la Unión y Libertad, tres de los ideales básicos soñados con el nacimiento de la nueva Nación.
El Escudo posee una forma oval, dividida en dos “cuarteles”:
El superior azul representa la Justicia; la Verdad; la Lealtad y la Fraternidad.
El inferior blanco, símbolo de Pureza; Fe; Hidalguía; Integridad; Firmeza y Obediencia.
En el cuartel inferior dos brazos entrelazan sus manos, representando la unión fraternal de los hombres y los pueblos; sostienen una pica, símbolo de la Autoridad; el Mando; la Dignidad y la Soberanía, en cuyo extremo se ubica un gorro frigio que representa la Libertad; la Igualdad y el Sacrificio.
A ambos lados del Escudo, se encuentran dos guías de laurel, como símbolo de Victoria y de Gloria, unidos por debajo con un lazo de cinta con los colores nacionales. En la parte superior, un sol naciente en oro, que representa la Verdad; la Majestad y la Prosperidad.
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