Un recorrido distinto por el norte argentino para descubrir la historia y la belleza de un lugar emblemático.
El lugar es increíble en todo sentido. No sólo por estar entre montañas y con un paisaje único, sino también por toda la historia que guarda. Una historia que, con el relato del guía, de a poco se puede ir visualizando y trazando sobre las paredes y las construcciones que perduran hasta hoy.
¿Dónde? Todo esto sucede en el Norte, en medio de la inmensidad, donde se siente el viento y el sol bajo el cielo tucumano. Más precisamente en la Ciudad Sagrada de Quilmes. En plenos Valles Calchaquíes, se llega a este paraje especial, que cuenta la historia de uno de los asentamientos prehispánicos más importantes: los Quilmes, que alcanzaron un inmenso desarrollo social y económico. En el siglo XVII, llegaron a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores antes del avance español.
El sitio arqueológico, al que en temporada alta llegan más de 1000 viajeros por día, hoy puede conocerse en compañía de un guía. Y la experiencia bien vale el viaje: en la falda del cerro, ya se pueden advertir las reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cumbre y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa. Al llegar a la cima, la vista imponente ayuda a visualizar mejor toda la Ciudad Sagrada. Es el lugar preciso para rendir tributo a la Pachamama con una apacheta (altar), en la que cada uno de los visitantes participa con una ofrenda a la Madre Tierra.
Se puede viajar para descubrirla durante todo el año, pero es particularmente impactante en febrero y agosto, cuando se realiza el entierro y desentierro de la Pachamama o en coincidencia con el carnaval, ritos que acercan de forma particular a la energía del lugar.
Y ahora, aquellos que la visiten, tienen un punto más para adentrarse a conocer más sobre la cultura y la vida de los Quilmes: se inauguró el nuevo Centro de Interpretación, emplazado en la propia entrada del sitio. Allí se pueden ver objetos y materiales de alto valor histórico para redescubrir la fascinante cultura, costumbres y organización del legendario pueblo.
"Todo el sector turístico y las comunidades originarias esperaban este momento. Los centros de interpretación ayudan a entender nuestro patrimonio. Y este se destaca por sus instalaciones y tecnología de primer nivel, que permiten disfrutar con todos los sentidos los objetos, los materiales y la cultura de gran valor histórico de los Quilmes", destacó el subsecretario de Desarrollo Turístico del Ministerio de Turismo de la Nación, Mariano Ovejero.
Es un viaje distinto para estas vacaciones. Para llegar a la Ciudad Sagrada se puede contratar la excursión o ir en vehículo particular, tomando desde Amaicha del Valle la Ruta Provincial Nº 307, recorriendo 15 kilómetros aproximadamente hasta empalmar con Ruta Nacional Nº 40 y desde allí, continuando 3 kilómetros más en dirección norte.
Y para seguir descubriendo su gente, sus paisajes, sus historias y sus costumbres, se puede combinar el viaje con la Ruta de los Artesanos (Tafí y Amaicha del Valle) e ir parando en distintos talleres, donde los artesanos reciben a los viajeros y muestran cómo elaboran sus productos con técnicas ancestrales. Una forma más de compartir las costumbres de la zona y adentrarse en relatos e historias que cuentan una parte de Argentina.
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