Un estudio de la Universidad de Edimburgo apunta que más del 1% de todos los escoceses son descendientes de miembros de tribus norteafricanas. Investigadores de las universidades de La Laguna y el País Vasco dicen que los canarios, también
Mapa del Puerto de Mogador, lo que hoy es Essaouira, en 1767 |
A finales del Siglo XIV un barco se hunde en la costa atlántica de Marruecos. Sobrevive un pasajero, MacDowall. Era experto en carpintería metálica. Los bereberes, listos como el hambre, lo dejaron con vida. El marinero se integra. Les enseña conocimientos en navegación, en el mejora de la construcción de casas y comercio.
MacDowall se convierte en un erudito para ellos. En señal de respeto, lo nombran santo y se crea, por tanto, el santuario de Sidi Magdool, que se puede visitar todavía en Essaouira. ¿Cómo se entendían? Pudo ser en galaico. En los puertos de la época el idioma de los negocios de la mar era el árabe. Sidi Magdool también es el nombre de faro de Essaouira actualmente.
Hay otros indicadores. El coronel británico, William Grant Macpherson estuvo en Marruecos estudiando, oficialmente, la sanidad en este país. Dejó escrito en sus memorias: "Cuando estaba en Marruecos en 1891 conocí a un médico misionero de habla gaélico que había venido por ahí y entré en el interior. Me dijo que las palabras le parecían familiares y encontró nativos que hablaban un dialecto gaélico. El misionero médico me dijo que reconoce el lenguaje Shluh como celta". Grant Macpherson era graduado en la Universidad de Edimburgo, Reino Unido, en lenguas clásicas y medicina en Tubinga y Leipzig, Alemania.
William Grant Macpherson también se percató de una cosa. Los nombres de las tribus bereberes como el Beni M'Tir, Beni M'Touga y el Beni M'Ghill, significa 'hijo de'. En bereber se les añade la 'M', sin perder el sentido de 'hijo de'. En galaico, igual. De ahí los Mac o Mc.
Los nombres localizados en zonas de costa atlántica de Marruecos, M'Tir, M'Touga y M'Ghill procederían de MacTiers MacDougalls y MacGills. Afirmaba que de la tribu de los Beni M'Ghill eran buena parte de los invasores de España. Y los Beni M'Touga estaban por la zona del Atlas y eran recaudadores en puntos de peaje de caravanas.
El antropólogo Walter C. Mackenzie en su libro 'Razas de Irlanda y Escocia' menciona que, de acuerdo con las tradiciones irlandesas, "en tiempos prehistóricos, Irlanda fue invadida por piratas africanos, que exigían el pago en niños". De ahí, Mackenzie sostiene que esos asentamientos europeos en la costa atlántica de Marruecos generó el conocimiento del idioma.
En 1721, John Windus que fue el primer viajero británico en visitar Volubilis, hoy unas excelentes ruinas romanas en Marruecos que datan del año 200, apunta que eran soldados de la legión británica los que estaban al mando de esta ciudad.
En la Muralla de Adriano, Newcastle, Reino Unido, hay datos sobre la presencia de soldados norteafricanos procedentes de Marruecos. En 1889, un mapa militar de Marruecos de Fez detalla dos grandes áreas: M'Tir y M'Ghill. Una zona para cada tribu. M'Touga, la parte atlántica.
Un estudio de 2015 sobre el ADN en Escocia en la Universidad de Edimburgo bajo la dirección del doctor Jim Wilson apunta que uno de cada 10 hombres escoceses tiene origen bereber.
La investigación, realizada con el Alistair Moffat, que ha sido rector de la Universidad de San Andrés, la primera universidad escocesa y es catedrático de historia medieval, asegura que más del 1% de todos los escoceses son descendientes directos de los miembros de tribus bereberes y tuaregs del Sáhara, un linaje que es de unos de 5.600 años de antigüedad.
En Irlanda también han realizado estudios. La secuenciación del genoma realizado en los restos de los primeros pobladores de Irlanda por investigadores de Trinity College de Dublín y la Universidad de Queens ha revelado al menos dos oleadas de migración a la isla en los últimos milenios.
El análisis de los restos de un 5.200 años de edad, agricultor de Irlanda sugirió que la población de Irlanda en ese momento estaba estrechamente relacionada genéticamente a otras de Europa del sur incuyendo algunos matices que también hay en Canarias. Sus antepasados, sin embargo, originalmente emigraron desde Oriente Medio, cuna de la agricultura.
El estudio de inscripciones rupestres en Canarias y el norte de África indica que las islas fueron pobladas en dos momentos diferentes, uno en torno al siglo VI antes de Cristo y el otro el siglo I de nuestra era, afirma José Farrujia, miembro del grupo internacional de investigadores que propone esta tesis.
En Canarias, la isla más rica en inscripciones líbico-bereberes es El Hierro. En La Palma y en Tenerife sólo se ha documentado una inscripción en cada isla, en la cueva de Tajodeque y en San Miguel, respectivamente, mientras que en el caso de La Gomera destaca el yacimiento de Toscas del Guirre. En cuanto a las inscripciones latino-canarias, Lanzarote y Fuerteventura son por ahora las únicas en las que se ha documentado este tipo de escritura.
Los investigadores Ordóñez, Fregel, Trujillo-Mederos, Hervella, De la Rúa y Arnay de la Rosa han hecho públicas sus investigaciones. Han llegado a la conclusión siguiente: el análisis del ADN de 61 de las 127 personas enterradas en la cueva de Punta Azul, un yacimiento del siglo XII, corroboran los lazos genéticos que unen a los aborígenes canarios con las poblaciones bereberes.
El trabajo desarrollado desde la Universidad de La Laguna y UPV apuntan que, a través del cromosoma Y, la gran mayoría de esos individuos encontrados en Punta Azul proceden de dos linajes paternos: uno autóctono del norte de África (halogrupo E-M81) y otro de raíces europeas, pero también presente desde hace siglos en el norte de África (R-M29), aunque también hay un individuo con marcadores originarios del África subsahariana (E-M33)
Fuente: ABC.es
Eso me recuerda la gran cantidad de investigaciones que encuentran nexos en común entre las lenguas euskeras y las bereberes!! En google se encuentran abundantes referencias!!. Es un asunto muy interesante!!
ResponderEliminar