Despuntaba el día 8 de setiembre de 1820, y el General San Martin tocaba tierra peruana acompañado por el Jefe del Estado Mayor, el General Juan Gualberto Gregorio de Las Heras. Era la Bahía de Paracas, cerca de la Ciudad de Pisco.
Varias horas tomó el desembarco de la artillería, hombres y cabalgaduras.
Una vez en tierra peruana, y antes de iniciar la parte final de su tarea libertaria, el Vencedor de los Andes se dirige a sus hombres:
“...ya hemos llegado al lugar de nuestro destino y solo falta que el valor consume la obra de la constancia; pero acordaos que vuestro gran deber es consolar a la América y que no venís a hacer conquistas, sino a liberar a los pueblos que han gemido 300 años bajo este bárbaro derecho. Los Peruanos son nuestros hermanos y amigos: abrazadlos como a tales y respetad sus derechos, como respetasteis los de los Chilenos después de la batalla de Chacabuco.
...¡Soldados! Acordaos que toda la América os contempla en el momento actual y que sus grandes esperanzas penden de que acreditéis la humanidad, el coraje y el honor que os han distinguido siempre, donde quiera que los oprimidos han implorado vuestro auxilio contra los opresores. El mundo envidiará vuestro destino, si observáis la misma conducta que hasta aquí; pero ¡desgraciado el que quebrante sus deberes y sirva de escándalo a sus compañeros de armas! Yo lo castigaré de un modo terrible y él desaparecerá de nosotros con oprobio e ignominia.
Cuartel General del Ejercito Libertador en Pisco, Septiembre 8 de 1820.
Primer día de la Libertad del Perú."
Fuente: Granaderos Bicentenario
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