El día 3 de febrero de 1817, durante el Cruce de los Andes, luego de pasar las cumbres por el paso de las Llaretas, Soler alcanzó el campo de los Piuquenes y de allí destacó al sargento mayor Antonio Arcos a ocupar la zona de Las Achupallas, a fin de facilitar el pasaje del grueso de las tropas. Arcos con 200 hombres debía pasar por el portezuelo de Valle Hermoso cayendo sobre la guardia realista de Ciénago, luego debía continuar por el portezuelo del Cuzco y caer sobre la guardia de las Achupallas.
Las realistas, en número de 100 hombres, que habían tenido noticias del avance de Arcos, se emboscaron en el Valle de Chalaco al norte de Las Achupallas, con la intención de envolver a las fuerzas patriotas por los flancos. Ante tal situación, el mayor Arcos ocupó una posición defensiva con parte de sus efectivos y mantuvo a retaguardia una importante reserva de caballería. Producido el ataque realista, el mayor Arcos ordenó un violento contraataque que concluyó exitosamente obligando la retirada realista el 4 de febrero.
En este combate que fue un éxito para las fuerzas patriotas, se destacó el teniente Juan Lavalle que cargara con sus 25 granaderos a una fuerza mucho mayor. Los realistas huyeron, siendo perseguidos por más de dos leguas. A las 12 de la noche el mayor Arcos enviaba al jefe de la vanguardia el parte de la victoria y le hacía saber que el Valle de Putaendo se encontraba en su poder.
Fuente: Granaderos Bicentenario
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