La Casona es una edificación con historia que trae a la mente la fastuosidad arquitectónica de la época colonial. Ubicada en el solar de la esquina noroeste de la plaza Luis de Fuentes y Vargas de Tarija, es además una obra de arquitectura que posee un valor histórico muy grande al ser testigo de la historia colonial, republicana y contemporánea de Tarija.
Conocida como la Casona de los Marqueses, la construcción se edificó en el solar que Luis de Fuentes y Vargas le otorgó a Gutierre Velásquez en 1574. La nieta de Gutierre Velásquez, Juana Clemencia, a la muerte de su padre se convirtió en heredera de una gran fortuna.
Posteriormente se casó con el hidalgo Juan José Fernández Campero y Herrera, quien quedó heredero de su fortuna luego de que ella muriera durante el parto en 1690. Fue Juan José Fernández Campero y Herrera quien compró el título de Marqués del Valle del Tojo el 9 de agosto de 1708, de acuerdo a los investigadores Gastón Ducet de Argentina y Elías Vacaflor Dorakis.
Durante la guerra de emancipación funcionó como cuartel. Por ello, a la muerte del IV Marqués del Tojo, ocurrida en 1820, su hijo Fernando Campero Barragán, a quien también conocían como el Marqués, lo sucedió y decidió recuperar algunas propiedades de su padre y en 1863 se planteó iniciar un nuevo proyecto en el lugar en el que se encontraba la casa ruinosa de sus abuelos y tomó la decisión de construir La casona de los marqueses.
De acuerdo a la investigación, “La Real Cédula de Creación del Marquesado de El Valle del Tojo” de Elías VacaflorDorakis, el 28 de octubre de 1863 se firmó un primer contrato con el arquitecto italiano José Aymetti y posteriormente, en 1865, otro contrato de servicios con Aymetti y el arquitecto Juan Madallena, quien posteriormente se retiró del proyecto.
De este modo, se dio inicio a la edificación cuyo costo fue de 22 mil bolivianos de aquellos tiempos, lo cual representaba una pequeña fortuna. La construcción duró al menos cuatro años, ya que se inició en 1863 y culminó en 1867.
A la muerte de Fernando Campero Barragán en 1883, por disposiciones testamentarias suyas, los bienes del marquesado fueron divididos entre sus hijos. Los ubicados en territorio boliviano fueron entregados a los hijos de su primer matrimonio con Tomasa de la Peña Campero y Santa Cruz. De este modo La Casona quedó en manos de sus descendientes bolivianos.
Actualmente, parte de la casona pertenece doña Yola Arce de Castellanos, quien la adquirió de descendientes de la familia Navajas. Hoy funcionan en la infraestructura el Banco Unión y el restaurante El Marqués.
Una vez comprada la propiedad, Yola Arce inició una tarea de refacción ardua que se prolongó por varios años y que incluyó la construcción de un domo que cubre el patio circular, así como la restauración de los techos y paredes de la edificación, procurando mantener los diseños originales de las paredes y los techos.
Se trata de uno de los dos únicos patios circulares en Sudamérica, aclara Vacaflor Dorakis, el otro se encuentra en Venezuela. Tanto en el primero como en el segundo piso, se encuentran dos galerías que actuan de círculo alrededor del patio. En el primer piso las columnas sostienen arcos en semicírculo.
La primera altura alberga un salón comedor muy amplio que sirve de escenario a diferentes eventos.
En el segundo piso se encuentran varios ambientes con muchas puertas cerradas que colindan con parte de la infraestructura que tiene otro propietario.
En uno de los ambientes, cuyos balcones dan a la plaza principal, se encuentra una sala, un salón comedor y una pequeña antesala que han sido amoblados y decorados por la actual propietaria tratando de mantener el espíritu de la antigua casona.
El restaurante bautizado como El Marqués ha sido decorado también teniendo en cuenta la esencia colonial de la casa para que conserve la esencia de lo que fue el marquesado en Tarija.
Un edificio emblemático convertido en restaurante
Patio circular
Una característica única de La Casona es el patio circular con galerías circundantes tanto en el primer como en el segundo piso. En esta foto aún no se había colocado el domo de vidrio que cubre el patio actualmente
Restaurante
El restaurante El Marqués funciona en lo que fue La Casona y ha sido decorado procurando mantener los elementos propios de la época en que fue concebida y construida la edificación.
Galería
La galería en el segundo piso, en círculo alrededor del patio le da a La Casona el ambiente que permite volver con la imaginación a aquellas épocas en las que la riqueza se traducía en monumentales obras de infraestructura.
Fuente: elpaisonline.com
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