Un nuevo estudio ha desvelado las coincidencias genéticas que existen en la actualidad entre los habitantes de una buena parte del globo.
¿Han influido las migraciones realizada durante siglos en
la herencia genética de los habitantes de América? Esta es la pregunta
que ha intentado resolver la Universidad de Oxford en
uno de sus últimos estudios. Como era de esperar, sus resultados no
sólo han arrojado una respuesta positiva, sino que han desvelado algunas
conclusiones muy llamativas. Entre las mismas, la que más destaca por
estos lares es la que afirma que los conquistadores españoles (y, entre ellos, los vascos) dejaron una huella genética que perdura en la actualidad en los habitantes de muchas regiones de América del Sur.
Concretamente, la zona en la que se distingue de forma más clara la huella genética de los vascos se corresponde con la región en la que habitaban los mayas antes de la llegada de los «demonios barbudos» en México. «Encontramos una contribución genética clara de los vascos de hoy en los mayas de hoy en día en México. Esto sugiere que el euskera también participó en la colonización de las Américas,
llegando con los conquistadores españoles o en oleadas posteriores de
la migración», explica el profesor de la Universidad de Oxford Cristian Capelli, del Departamento de Zoología.
El estudio
La investigación (que ha contrastado además el origen
genético de los habitantes de multitud de regiones de todo el mundo) ha
sido realizada además por un equipo de investigadores de la «University
College London» (ubicada en Gran Bretaña) y la «Universitá del Sacro
Cuore» (en Roma, Italia). Para hallar sus conclusiones, estos expertos
han comparado más de 4.000 muestras de ADN recogidas
de 64 poblaciones diferentes que, según han señalado los responsables,
abarcan múltiples localizaciones en Europa, África y las Américas.
Además de desvelar la impronta que dejaron los
conquistadores vascos que partieron hacia América del Sur, el estudio
también ha comparado la relación genética que existe entre los actuales norteamericanos y sudamericanos, y las poblaciones africanas y europeas.
Todo ello, a sabiendas de que las tendencias migratorias han fluido en
los últimos siglos de África y Europa, hacia las regiones ubicadas al
otro lado del Atlántico. Así pues, y en conclusión, la investigación ha
analizado las muestras genéticas de unos continentes y otros para saber
si existe algún resto en el ADN de los emigrantes que llegaron hasta las dos Américas.
Así pues, el equipo de investigación analizó muestras de ADN recogidas de personas en Barbados, Colombia, República Dominicana, Ecuador, México, Puerto Rico y afroamericanos en Estados Unidos y, a continuación, empleó una técnica llamada análisis basado en el haplotipo para
comparar el patrón de genes en estas «poblaciones beneficiarias» con
las poblaciones donantes en las zonas de América a donde fueron los
migrantes.
«En primer lugar, agrupamos subconjuntos de personas en
África y Europa que eran genéticamente similares y utilizamos esta
resolución para encontrar qué combinaciones de estos grupos resultaron
en la tipo de mezclas que ahora vemos en las personas a través de las
Américas», relata el autor del estudio, Francesco Montinaro, del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.
Los resultados
La investigación ha arrojado multitud de conclusiones. En
primer lugar, los expertos han averiguado que existe una amplia amalgama
de herencias genéticas entre los americanos. Para hallar una de las más
claras es necesario viajar hasta las islas caribeñas de Puerto Rico y la República Dominicana.
Y es que, sus habitantes son genéticamente similares entre sí y
distintos de las otras poblaciones, lo que probablemente refleja un patrón de migración diferente entre el Caribe y América continental.
Por otro lado, se ha logrado averiguar que los antepasados de los actuales Yoruba de África Occidental (uno de los mayores grupos étnicos de la zona) contribuyeron de forma muy destacada a nivel genético en todas las poblaciones americanas actuales.
Presuntamente, este hecho se podría explicar debido a la ingente
cantidad de esclavos que fueron transportados de un continente a otro
por los europeos.
Con todo, la proporción de ascendencia africana varía en todo el continente, desde prácticamente cero (en el pueblo maya de México) al 87 por ciento en los actuales habitantes de Barbados.
Más lógica parece la gran contribución (la más grande de Europa) que los habitantes del sur de Italia y Sicilia hicieron
a nivel genético en Colombia y Puerto Rico. La causa se debió a la
emigración masiva que hubo desde estas zonas a las Américas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
En este sentido, uno de los grupos afroamericanos de
Estados Unidos tenía ascendencia francesa, algo que cuadra perfectamente
con la histórica inmigración gala en el sur de Estados Unidos.
La migración y los esclavos, claves a nivel genético
Entre las conclusiones principales a las que han llegado los expertos, la más clara es que la esclavitud influyó
de forma determinante a nivel genético. «Podemos ver el enorme impacto
genético que la trata de esclavos tuvo sobre las poblaciones americanas.
La mayoría de los afroamericanos tienen ascendencia similar a los
Yorubas en África occidental, lo que confirma que la mayoría de los
esclavos africanos vinieron de esta región», explica otro de los
investigadores, Garrett Hellenthal, del Instituto de Genética de UCL.
Otra de las causas es la emigración provocada por la
conquista española de América (tanto de hispanos, como de esclavos
africanos). «En las zonas de las Américas históricamente bajo el dominio
español, las poblaciones también tienen ascendencia en relación con lo que es ahora Senegal y Gambia.
Los registros muestran que alrededor de un tercio de los esclavos
enviados a la América española en el siglo XVII vino de esta región y
podemos ver muy claramente esta evidencia genética en los americanos
actuales», añade Hellenthal.
«Las diferencias de ascendencia europea entre la población
de las islas del Caribe y del continente estadounidense que encontramos
también se desconocían previamente. Es probable que estas diferencias
reflejen distintos patrones de migración entre el Caribe y América
continental. Estos resultados muestran cómo de poderoso puede ser un
enfoque genético cuando se trata de descubrir patrones ocultos de
ascendencia. Esperamos usar el mismo método para buscar otras», finalize
el experto.
Fuente: abc.es
La inmensa inmigración vasca en Argentina y Uruguay es notable. lástima que no incluyeron estos países. Allí, solo por los apellidos se demuestra su importancia. Será para otros estudios.
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