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viernes, 27 de junio de 2025

Las primeras asturianas que emigraron a las Indias (cuando solo 650 personas de Asturias se atrevieron a cruzar el charco)

La emigración entre los siglo XVI y XVIII, antecedente de la gran ola migratoria que se desató en el siglo XIX, estaba limitada a los "cristianos viejos" y suponía un largo viaje no exento de peligros que oscilaba entre los 75 y los 85 días de navegación




El título de la conferencia "Más allá de Finisterre: la emigración asturiana en época moderna", guarda relación con ese punto geográfico del noroeste Galicia donde hasta el año 1492 estaba considerado como el lugar “donde se acababa la tierra”; máxime si tenemos en cuenta que hasta finales del siglo XV no se había realizado ninguna travesía de altura siguiendo la línea oeste del Océano Atlántico.


Galeras,especias y metales preciosos


¿Qué ocurrió en esa época para que los habitantes de Europa en general y de España en particular decidieran empezar a navegar hacia el Oeste a través del Océano Atlántico?


Primero, son años en los que hubo avances en la técnica de la navegación, las antiguas galeras y carracas de remos medievales no servían para cruzar un océano y son sustituidas por nuevas embarcaciones como las galeras). Se tiene constancia de que la primera galera se construyó en el sur de Portugal en el año 1441 y esa técnica de construcción de galeras pasó inmediatamente a la cercana costa andaluza.


En segundo lugar, la sociedad europea había configurado una poderosa clase burguesa que demandaba continuamente seda, joyas y sobre todo especias (canela de Ceilán, pimienta de la India, clavo de las Islas Molucas, etc.), generalmente estos productos llegaban a España y a Portugal a través de la ruta del Mar Mediterráneo, pero el avance de los turcos por este mar cortó las rutas y encareció los precios de los productos.


En tercer lugar, existía una demanda de metales preciosos, ya que las minas europeas se estaban agotando) y había una necesidad de nuevas acuñaciones de monedas con las que realizar las transacciones. Por ejemplo, el oro que llegaba de África era escaso para la demanda mercantil; por tanto, hubo una necesidad de encontrar nuevos lugares ricos en minas de oro y plata.

Avances cartográficos


Son años en los que los conocimientos geográficos progresaron durante los siglos XIV y XV. Hubo avances en la cartografía, se confeccionaron nuevos mapas (carta mapamundi de Juan de la Cosa en 1500), la redondez de la tierra fue comúnmente aceptada por geógrafos europeos como Toscanelli o Martín de Behaim. Y en este contexto, apareció un navegante genovés, Cristóbal Colón, que defendió su proyecto ante los geógrafos y monarcas portugueses y españoles, por el cual se podía llegar a la India y traer las cotizadas especias, metales preciosos a través del Océano Atlántico en vez de bordear el continente africano o utilizar la ruta del Mediterráneo.


Siete años tardó en que su proyecto fuese aceptado por los monarcas españoles. Va a ser en el año 1492, cuando comience la empresa colombina, cuando los castellanos lleguen a unas nuevas tierras, que a partir del año 1504 recibirán el nombre de América y cuando se produzca el nacimiento de un mundo global y en ese nacimiento van a participar numerosos españoles y asturianos como veremos.




Emigrantes, los primeros reglamentos


“Abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero”, “abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro de su propio país”. Tales son las definiciones dadas por la Real Academia de la Lengua Española al término “emigrar”. Sin embargo, le emigración a lo largo de la historia en general y en época moderna en particular es un fenómeno mucho más complejo y que ha sido clave en la evolución de la Historia de la Humanidad.


Los procesos migratorios de España, de Asturias hacia Ultramar han tenido lugar desde el momento del comienzo de todo el proceso de conquista y colonización de tierras americanas. Pero ese trasvase de población nunca fue libre. Desde el primer momento, los reyes asumieron el control de las expediciones y de las personas, porque entre otros motivos controlaban el disfrute de las riquezas de aquellas nuevas tierras.


La circulación de las personas a América estuvo estrictamente reglamentada desde 1492 y durante todo el periodo colonial. En un primer momento, los Reyes Católicos hicieron una estrategia colonizadora en base a las Capitulaciones , contratos de carácter público por los cuales la Corona de Castilla le encomienda a un capitán, a un provisto la realización de un determinado servicio público. Ejemplo: Cristóbal Colón, nombrado Almirante de la Mar Océana, sustituido por Francisco de Bobadilla.


Unos años más tarde, concretamente el día 20 de enero de 1503 mediante Real Provisión se crea la Casa de Contratación, órgano de carácter metropolitano: “Con la misma fecha de 14 de Noviembre dirigió el rey una Real cédula a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla (…) Para cumplir lo mandado respecto al trabajo de los que pasaban a Indias. Se dispone que en adelante los oficiales de la Casa de Contratación hagan relación de todos ellos, asentando quién fuera cada uno y de qué oficio y manera había vivido”.


Por tanto, será la Casa de Contratación, junto con el Consejo de Indias, y posteriormente la Junta de Arribadas las tres instituciones que supervisen la emigración durante los siglos XVI al XIX.


Sólo podían emigrar los “cristianos viejos”


A partir del año 1518 fueron continuas las disposiciones reales para reglamentar la emigración a América tratando de impedir el traslado de personas sin licencias de embarque, requisito fundamental para viajar de manera legal.


Aún más si cabe cuando se confeccionó toda una legislación especial dictada por España para regular el gobierno de sus territorios americanos y asiáticos: “Recopilación de las leyes de los Reinos de Indias”.


Por ejemplo, se prohibía el paso a moros, judíos, moriscos, judíos convertidos. Por tanto, unos de los requisitos principales era ser cristiano viejo. Los extranjeros tampoco podían pasar, de esta manera la Corona trataba así de mantener el monopolio al impedir a naciones rivales pudiesen obstaculizar la colonización y el comercio español.


¿Qué nos decía le legislación sobre los naturales que querían pasar a América? Aunque siempre hubo forma de saltarse los controles al margen de la legalidad, los permisos de viaje eran personales e intransferibles, solo tenían una validez de dos años y debían ser usados en la primera ocasión que surgiese, en caso de no poder partir antes de que se cumpliese dicho periodo de tiempo, por ejemplo, una enfermedad, la Casa de Contratación debía refrendarlo nuevamente.


La aventura de emigrar desde Asturias


La aventura de emigrar a América desde Asturias no fue fácil. En primer lugar, el traslado solía hacerse por tierra, atravesando la España de Norte a Sur; lo que solía ser un viaje largo y costoso. Para realizar el embarque aquellos que emigraban bajo el patrocinio de un provisto (es decir de una persona que iba a desempeñar un cargo de gobernador, de capitán, etc.) debían de poner en marcha una serie de redes de influencia, para acogerse a la compañía de un benefactor. Esta tarea se realizaba o bien desde la misma Asturias, donde el emigrante como criado iba recomendado, previa parada en la Corte, o en la misma ciudad de embarque.


Las comunicaciones entre la Península Ibérica y América, tenían como centro neurálgico Sevilla, cuyo puerto fue el único habilitado para embarcarse con destino al suelo americano, hasta que en el año 1717 Felipe V hace el trasvase de las funciones administrativas al puerto y ciudad de Cádiz, también único puerto habilitado para las relaciones transoceánicas hasta que en al año 1765, el monarca Carlos III abre ocho puertos más (Sevilla, Málaga, Alicante, Barcelona, Cartagena, Santander, La Coruña y Gijón) para comerciar directamente con América.


Una peligrosa travesía


Una vez conseguido el pasaje quedaba lo más peligroso: la travesía, que era larga y difícil. Entre los siglos XVI y XVII las posibilidades de hacer en la ida a América un viaje sin contratiempos fueron muy escasas: choques con arrecifes, mal estado de los navíos, ataques de piratas, corsarios, tempestades magníficamente representadas por pintores de la época.


¿Cuánto duraba el viaje? En condiciones normales, la distancia media entre Cádiz y Veracruz (México) solía estar entre los 75/85 días, cuando soplaban los vientos propicios (alisios) pero los de mayor duración llegaron a 153 días y los más cortos se acercaron a las 59 jornadas. De Cádiz a Tierra Firme (Honduras y Nicaragua) solían emplearse 75 jornadas.


¿Cuál era la alimentación durante la travesía? La alimentación era hipercalórica. A pesar de tener esta dieta, las condiciones sanitarias eran terribles, las ratas infectaban la comida y el agua. El resultado era el acortamiento de la dieta, ya de por sí escasa, y las enfermedades, más o menos graves, muchos pasajeros enfermaron de hemorragias, disentería, tifus también llamado fiebre de los barcos, escorbuto (avitaminosis)


Nos detenemos ahora en la emigración asturiana. ¿De dónde partían los emigrantes asturianos a Ultramar? De la Asturias de época moderna integrada por 66 municipios (78 actualidad) que constituían Asturias en la Edad Moderna partieron emigrantes a la América española. Haciendo un balance general de cifras podemos decir que Martínez Shaw, en su trascendente investigación y siguiendo a Boyd-Bowman y Mörner, nos brinda la cifra de 437.669 emigrantes en el periodo 1506-1650 y la investigadora Márquez Macías para el periodo 1765-1824 nos habla de 17.231 emigrantes (de toda España).


La realidad es que la emigración asturiana a Indias resulta mucho menos numerosa que otras provincias y regiones españolas. En conjunto, en el periodo cronológico 1493-1600, Asturias ocupaba la posición número 28 de un total de 30 provincias españolas analizadas y la posición 13, de un total de 14 comunidades españolas estudiadas.


Según el estudio de Auke P. Jacobs la corriente emigratoria desde toda la región asturiana que va a las Indias entre los años 1493-1621 incluye 412 asturianos, de los que 116, según mi estimación, eran procedentes de la zona occidental de Asturias.


Para el siglo XVIII, Rosario Márquez Macías ha calculado que entre los años 1765-1799 pasaron a Indias 244 asturianos, 141 procedían de la Asturias occidental.Motivos para emigrar


Las razones por la que se emigró en estos siglos modernos puede ser la mayor concentración de población, son concejos que en esta época tienen altas densidades de  población. También, entre los distintos factores, cabe citar la (esperanza de) mejora económica, cambio de vida respecto a la que tenían en Asturias; formar parte como soldados de las empresas que llevaron a cabo los procesos de conquistas; la necesidad de la Corona de ocupar los nuevos puestos administrativos, judiciales y eclesiásticos coloniales, así como evangelizar a la población indígena. Para ello enviaban a los provistos: cargos oficiales de gobierno en la administración del territorio americano. Podían ser cargos civiles o eclesiásticos.


De todo lo dicho hasta ahora, se infiere que hubo una diversa tipología de emigrantes. La diferencia entre ellos es el tiempo de estancia, distinguiendo los emigrantes estacionales —por lo general los provistos—, de los de larga duración o incluso permanentes. Ej.: Gutierre Bernardo de Quirós (1599/1627) pasó a Nueva España como inquisidor del tribunal de México y titular de la sede episcopal de Tlaxcala. O el caso de Pedro Álvarez Osorio, de Villayón, que en 1610 pasó a México como fiscal del crimen de la Audiencia de México. También había provistos con títulos nobiliarios y hábitos de caballería de Santiago como Fernando Valdés Tamón, en 1728 Goberndor y Capitán General de Filipinas, y de la orden de Alcántara, como Álvaro Fuertes Sierra y Abella, 1687 Oidor de Manila.


El grupo más numeroso lo constituyen los criados, pasaban a América con un contrato que se denominaba “a soldada”, acompañando en la mayoría de los casos a provistos civiles y eclesiásticos. En algunas ocasiones, estos criados formaban parte de una misma familia, por ejemplo, los hermanos González de la Torre (Félix, José y Juan), naturales de Salas que en el año 1703 pasaron a servir como criados de don Alonso de Valera (Luque, Córdoba), gobernador y capitán general de Santa Marta (Colombia).


 También, dajo la denominación de pasajeros, encontramos a un conjunto de personas que pasan a Indias por su cuenta y riesgo, unas veces de manera individual y en otros casos con su familia.


Por último, los grupos restantes lo compondrían tipologías de emigrantes diferentes, que suponen porcentajes menores; me refiero a los llamados, a oficios de mar (marineros, grumetes), soldados, mercaderes, frailes y oficios diferentes como cocineros, escribientes, mozos de caballos, etc.


Mujeres pioneras para poblar Nueva Andalucía y Nueva España


Hasta ahora solo he hecho referencia a los hombres. Me gustaría destacar que hubo mujeres asturianas en la travesía. En líneas generales se puede afirmar que la reglamentación española respecto a la emigración femenina a Ultramar en esta época que estamos viendo no fue restrictiva como consecuencia de las estrategias de poblamiento y asentamiento llevadas a cabo por la Corona.


Entre las mujeres asturianas que partieron a Indias desde época temprana destaco por ejemplo el caso de Marta Hernández que formó para de la lista de pobladores de Nueva Andalucía (más tarde llamada provincia de Cumaná, una entidad política creada en la región oriental de Reino de Tierra Firme, de la actual Venezuela), encabezados por el gobernador y capitán general de esta provincia Francisco de Vides.


O el caso de Manuela de Paredes criada de Gaspar Bello de Acuña (contador mayor del tribunal de Cuentas de México), natural de Otur (Asturias), hija de Pedro Alvarez y de María Suárez, a Nueva España.

Los destinos


Tan solo resta saber los destinos en América. La mayoría de los concejos asturianos drenaron población que se asentó en las grandes áreas en las que he dividido los territorios que conformaron el denominado Nuevo Mundo. Un 39% del número total de emigrantes que he analizado se asentó en destinos que formaban parte de los virreinatos de Nueva Granada, Perú y Río de La Plata; un 37,8% en lugares del Virreinato de Nueva España; un 6,6% en las Islas Filipinas; 5,8% en el área denominada de manera genérica, Indias; un 5,4% en las Antillas y por último, otro 5,4% en destinos de América Central.


Fuente: lne.es

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