La Universidad Complutense ha recogido decenas de muestras de vecinos de Bozate para realizar el estudio
Desde hace siglos hay constancia en Baztan de la presencia de los agotes, parece ser que desde el siglo XIV estarían asentados en Baztan, mayoritariamente en el barrio de Bozate de Arizkun. Han pasado varios siglos, pero aunque todo el mundo ha escuchado hablar de ellos y sabe algo sobre la marginación que han sufrido durante siglos. Se ha hablado y escrito mucho sobre ellos, pero todavía no hay certezas sobre su procedencia.
En este sentido, la Universidad Complutense de Madrid ha puesto en marcha una investigación con el objetivo de conocer el origen de los agotes. Se trata de un estudio genético que comenzó hace pocas fechas denominado Aproximaciones genómicas a la historia biológica de la población de Bozate, dirigido por Antonio González-Martín, profesor titular de la Facultad de Biología (departamento de Biodiversidad, Ecología y Evolución) de la Universidad Complutense de Madrid y Amaia Gorostiza Langa, profesora asociada y directora del laboratorio de identificación genética de Genómica.
Hace aproximadamente un mes se presentaron en el barrio de Bozate para explicar a sus vecinos su intención de realizar el estudio, y tras pedirles su colaboración procedieron a tomar muestras de ADN a los vecinos que se ofrecieron voluntarios. Tomaron alrededor de 60 muestras, a las que han seguido varias más, tomadas esta misma semana en Elizondo. En este caso, muestras de personas afincadas en el valle del Baztan como muestra de referencia de la población de la zona y para comparar con las muestras de los posibles descendientes de agotes. La prueba consiste en dos frotis bucales y se rellena también un pequeño árbol genealógico que se remonta hasta los abuelos maternos y paternos del donante. Estas muestras las tomó Maitane Tirapu De Goñi, arqueóloga y antropóloga, colaboradora y enlace del proyecto entre Navarra y Madrid, que fue, precisamente la que impulsó el estudio, al hablarle a su entonces profesor Antonio González Martín de los agotes. Según cuenta Tirapu “soy una apasionada de mi trabajo, y desde hace tiempo he leído mucho acerca de los agotes. Me parecía interesante realizar un estudio genético para intentar averiguar su procedencia, y tras hablar con Antonio, se ha puesto en marcha el proyecto”. Será un trabajo exhaustivo, que llevará su tiempo, pero para empezar, se muestran muy contentos con la respuesta de la gente, “la disposición que han mostrado los vecinos es muy buena, han acogido el proyecto con mucha ilusión, estamos muy agradecidos, más si cabe en esta época que quizás no es la mejor”, afirma Tirapu. Ahora, la Universidad Complutense analizará las muestras de ADN y empezará a cotejar las muestras de los vecinos de Bozate con las de otras personas de Baztan. Posteriormente se abrirá el abanico para compararlas con muestras de gente de otros lugares, y avanzar en la investigación.
Aunque pasará bastante tiempo hasta que puedan llegar las conclusiones, Tirapu de muestra muy ilusionada con el proyecto, pues “puede valer para conocer más nuestra historia, en particular la de los agotes, algo muy valioso para todo el mundo”.
Hasta hace pocos años, los agotes han sido perseguidos y marginados. Cuentan los mayores que el pueblo agote no podía mezclarse con los demás habitantes del pueblo, en las iglesias, como en la de Arizkun, solían quedar relegados a un hueco bajo el coro, el campanario o la escalera para oír misa, y tenían una puerta diferenciada de los demás feligreses (hoy tapiada). También tenían una pila bautismal diferenciada. Una barrera, generalmente una raya en el suelo (en Arizkun era una verja), les impedía acceder a la parte delantera del templo, cerca del altar. Incluso sus ofrendas eran recogidas y puestas aparte de las del resto de los fieles.
Fuera de la iglesia también sufría esa marginación por ejemplo en los festejos, donde no podían participar con los demás vecinos.
Fuente: noticiasdenavarra
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