Un gran porcentaje (lógicamente) de la población quindiana tiene apellidos de origen vasco, no español. Pero en la mayoría de veces se cree que es castellano, ya que el vasco y la lengua euskera, no tiene nada que ver con el idioma español y latín. Para entender esto, debemos conocer varios puntos.
La antroponimia vasca proviene de una larga tradición, cuyos orígenes no son del todo conocidos, al igual que el propio idioma vasco.
En la actualidad, se compone de nombre de pila y dos apellidos, por lo general, primero el paterno y segundo el materno (como lo habitual hoy día).
Apellidos:
Los apellidos vascos tienen una peculiar idiosincrasia, proveniente de su rica lengua de origen prácticamente desconocido, sin ninguna otra emparentada con ella. Por lo general, son apellidos polisintéticos, compuestos de varios elementos y raíces que pueden reflejar en un solo término un significado bastante complejo, derivado en su mayor parte de elementos topográficos. Aunque su origen es bastante homogéneo, algunos apellidos muestran influencia del latín y otras posteriores lenguas vernáculas, especialmente el castellano y el francés.
Cabe señalar que los apellidos vascos pueden tener diversas grafías si son escritos en la forma canónica del euskera o bien adaptados a la fonética castellana o francesa: el euskera carece de letras como la c o la v, que son sustituidas por la k o z (según el sonido) y por la b, respectivamente; la ch se transcribe como tx, y dispone de sonidos no existentes en castellano, transcritos como ts y tz; la g se pronuncia siempre débil, por lo que carece de los diptongos gue, gui, escritos siempre ge, gi; la r no suele encontrarse a principio de palabra, por lo que es habitual anteponer una vocal a ese sonido.
Ejemplos de apellido con distinta grafía en euskera, castellano y francés son: Etxeberria (euskera) original.-Echeberría (castellano o español)-Etchevérry (francés).
Muchos de los apellidos vascos están compuestos de prefijos y sufijos, generalmente relativos a elementos geográficos o de la naturaleza. Entre ellos cabe destacar:
Prefijos: agirre (campo, descampado, lugar alto), aitz (peña, roca), aran (valle), aritz o haritz (roble), arri (piedra), arte (encina), bai o ibai (río), basa o baso (bosque), bi (dos), buru (cima, cabeza o lugar prominente), dorre o torre (torre), egi (ladera), eiza, iza o izei (abeto), eliza (iglesia), erri (pueblo), etxe (casa), gar (fuego), garai (alto), gaztelu (castillo), gorosti (acebo), gurutz (cruz), iara o igara (molino), ibar (ribera, valle), ipar (norte), iri (aldea), iru (tres), iturri (fuente), jauregi (palacio), korta (cuadra, corral), landa (campo), larra (prado, dehesa), leize (cueva), ler (pino), litzar (fresno), mendi (monte), murgi (abedul), oian (bosque), orma (pared), ortu (huerto), otxo (lobo), pago (haya), portu (puerto, paso), reka o erreka (arroyo), sagasti (manzanal), sala (cortijo), solo o soro (heredad), tella (teja), ugarte (isla), ur (agua), uri (villa, ciudad), urki (abedul), urri (octubre), urruti (lejano), zabal (ancho, llano, campo), zelaia (pradera), zubi (puente), zulo (hoyo), zuri (blanco).
Sufijos: a (el, la [artículo]), aga (lugar), agirre (campo, descampado, lugar alto), aitz (peña, roca), alde (parte, lado, junto a), andi o andia (grande), aran (valle), aurre (delante), barri o berri (nuevo), basa o baso (bosque), baster (orilla, rincón), be o pe (bajo), beaskoa, beitia o bengoa (bodega, lugar bajo, parte inferior), beltza (negro), bide (camino), bil (redondo), borda (caserío), buru (cima, cabeza o lugar prominente), eder (bello), egi (ladera), ena (hijo de, de la casa de [patronímico]), enea (propiedad), eta (lugar, sitio [sufijo locativo y abundancial]), etxe o etxea (casa), garai (alto), garate (hórreo, granero), gibel (detrás), goien o goitia (arriba, parte alta), gorri (rojo), guen-gune-kuen-kune (límite), guren (límite), ibar (ribera, valle), jauregi (palacio), ko (de, del, de la [sufijo genitivo]), korta (cuadra, corral), larra (prado, dehesa), leku (sitio), luze (largo, alto), mendi (monte), ola (cabaña), ona (bueno), ondo (cerca), otz-oz (frío), solo o soro (heredad), txiki o txipi (pequeño), txu-tzu-zu (abundancia), zabal (ancho, llano, campo), zar (viejo), zelaia (pradera).
La combinación de estos elementos da lugar a un gran número de apellidos vascos, como por ejemplo: Aranburu («cima del valle»), Basagoiti («parte alta del bosque»), Etxebarria («casa nueva»), Gaztelumendi («monte del castillo»), Ibarruri («ribera de la ciudad»), Irigoien («villa de arriba»), Jauregizar («palacio viejo»), Landaluze («campo largo»), Larrabeitia («parte baja del prado»), Mendieta («sitio de montes»), Oianko («del bosque»), Olagibel («detrás de la cabaña»), Ormaetxea («casa de paredes»), Portuondo («cerca del puerto»), Rekalde («junto al arroyo»), Solozabal («heredad ancha»), Ugartebide («camino de la isla»), Zabalegi («ladera ancha»), Zubiaga («lugar del puente»), etc.
Uno de los elementos más comunes es agirre, que además de como apellido en esa misma forma —como se ha mencionado el más común de los apellidos vascos— se encuentra como elemento integrador de numerosos apellidos, tanto como prefijo (Agirrealexpeitia, Agirreamalloa, Agirreazkuenaga, Agirrebaltzategi, Agirrebarrena, Agirrebeitia, Aguirrebengoa, Agirreburualde, Agirregabiria, Agirregaraikoa, Agirregoitia, Agirregomezkorta, Agirregoiena, Agirreibarrondo, Agirrekortazar, Agirrelezeaga, Agirreolea, Agirresarobe, Agirretxe, Agirreurreta, Agirrezabal, Agirrezelaia), como sufijo (Altolagirre, Aristiagirre, Atxurraagirre, Beranoagirre, Eguzkiagirre, Iparragirre, Izagirre, Maneneagirre, Olatzagirre, Orkaizagirre, Zubiagirre).
Un elemento destacable es el sufijo –ena, que quiere decir «hijo de, de la casa de», por lo que funciona como patronímico, de forma parecida al castellano –ez. Algunos ejemplos serían: Alontsoena (Alonso, Alfonso), Andresena (Andrés), Antonena (Antón, Antonio), Domingorena (Domingo), Ernandorena (Fernando), Erramundena (Ramón), Estebarena (Esteban), Felipena (Felipe), Isidorena (Isidro), Joanikorena (Juan), Karlosena (Carlos), Kristobalena (Cristóbal), Laurencena (Lorenzo), Loperena (Lope), Margaritarena (Margarita), Maritorena (María), Markosena (Marcos), Martiñena o Matxinena (Martín), Mikelarena o Mitxelena (Miguel), Nikolarena (Nicolás), Paskualena (Pascual), Paulorena (Pablo), Perurena (Pedro), Santxorena o Sanziñena (Sancho), Simonena (Simón), Tomasena (Tomás), etc.
Una de las características más curiosas de los apellidos vascos es que, debido a la adición de diversos elementos, pueden dar lugar a apellidos verdaderamente largos, como por ejemplo: Abasoloaurtenetxe, Abendibarmallagarai, Agirregoitiafelipena, Aranburukoerrota, Arbaitzasanjuangoa, Arriortuaaldekoetxea, Barañanobasterretxea, Barinagarrementeria, Bidagurenbeingoetxea, Etxabarriaerrandonea, Etxebarrietaaltaleorraga, Fullaondobustinzuria, Garaizabalategortua, Gerrikaetxebarria, Goitiaburularrazabal, Iturriagaetxebarria, Koskorrotzaatxurra, Landarroitajauregi, Legarretaetxebarria, Madariagaerrandokoa, Muniategiandikoetxea, Olabegojeaskoetxea, Pagatzaurtunduagoienengoa, Sanagustinetxebarria, Solagurenbeaskoa, Untzetabarrenetxea, Uribarrifulagarai, Urrestiantsoleaga, Zuatzolazigorriaga, etc. El apellido vasco más largo conocido es Burionagonatotorecagageazcoechea, perteneciente a un funcionario del ministerio de Finanzas en Madrid, en 1867.
Los Nombres.
La tradición ha deparado una serie de nombres procedentes de la antigüedad y sin equivalencia en castellano. Muchos de ellos fueron recopilados por el sacerdote José María Satrústegui, quien los publicó en 1972 con el título de Euskal Izendegia. Nomenclátor Onamástico Vasco. En referencia a las formas femeninas, cabe remarcar que la mayoría proceden de advocaciones marianas, muy abundantes en el País Vasco. Se podrían señalar los siguientes nombres vascos de origen arcaico como.
Masculinos:
Abar, Aiert, Aita, Aitor, Aizol, Alain, Loitzun, Luar, Maide, Maiorga, Maore, Merkat, Musko, Nabar, Naudin, Oier, Unai, Unax, Urdaspal, Urziol, Urko, Urtungo, Urtzi, User, Xango, Xemeko.
Por solo poner algunos.
Y Femeninos como:Ainara, Ainhize, Aizpea, Albire, Amagoia, Amaia, Amatza, Amuna, Anaurra, Oihane, Oihana, Oinaze, Olar, Oloriz, Oneka, Otsana, Saioa, Saura, Sorbe, Tala, Usmena, Xuxuna, Zidoni, Zigor.
Y advocaciones marianas: Agirre, Aiala, Ainhoa, Aitziber, Akorda, Almike, Aloña, Altzagarate, Atxarte, Andikona, Andion, Arama, Arana, Arantzazu, Arbeiza, Areitio, Argiloain, Aritzaga, Arkija, Arkiloain, Arluzea, Armola, Arrako, Arrate, Arrigorria, Arritokieta, Artiza, Artzeina, Asa, Askoa, Axpe, Lamiaran, Landa, Larraitz, Lasarte, Legarra, Leire, Leorin, Liernia, Lisagain, Loinaz, Lur, Mendi, Molora, Muskilda, Muxika, Nagore, Naiara, Nora, Oianko, Oitia, Olatz, Olite, Ondiz, Orbaiz, Ordizia, Oro, Oskia etc.
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