Todavía se sigue sosteniendo la romántica teoría del manto de la Virgen y los colores de la Orden de Carlos III, desconociendo que el celeste y blanco es el color del partido de la revolución, con el que se identificaban claramente -ya desde la época de la Primera Junta- el grupo que pretendía un nuevo orden. Así lo explica claramente el Instituto Nacional Belgraniano: "El grupo liderado por Mariano Moreno era el sector más decidido de los revolucionarios. Moreno, al ser desplazado del gobierno por el grupo moderado o conservador, encabezado por Saavedra, aliado a los diputados del Interior (cuya principal figura era el deán Gregorio Funes), proponía una línea de conducta drástica.
Numerosos testimonios confirman la utilización de los colores celeste y blanco desde el inicio de la Revolución. Seleccionaremos algunos de ellos:
Ignacio Núñez en sus Noticias Históricas consignaba que el 9 de julio de 1810:
“El Ejército marchó de Monte Castro cantando victoria entre las aclamaciones de un concurso extraordinario; y la escena de ese día no se ha reproducido ni se reproducirá en Buenos Aires: los soldados llevaban en sus sombreros la cucarda española amarilla y encarnada, y en las bocas de los fusiles cintas blancas y celestes”.
José de Moldes, gobernador de Mendoza, el 31 de diciembre de 1810 le comunicaba en oficio dirigido a la Junta de Gobierno de Buenos Aires, haber armado dos Compañías de alabarderos, informando que ambas compañías se habían puesto la escarapela nacional, celeste con puntas blancas. Afirmaba haber adoptado para distinguir las graduaciones de los oficiales un sol, el Inti incaico. Solicitaba por último la autorización por parte de las autoridades del uso de una cucarda nacional”.
La Sociedad Patriótica, creada el 21 de marzo de 1811, tenía por objetivo reanimar el espíritu revolucionario y sus miembros llevaban cintillos celestes y blancos prendidos en el sombrero o en el ojal de la solapa, al igual que los regimientos América y Granaderos de Fernando VII, cuyos comandantes, los coroneles Domingo French y Juan Florencio Terrada, fueron activos miembros de esa institución.
En relación con los colores utilizados por la Sociedad Patriótica, documentos de 1811 aseveran que en el mes de febrero de ese año “se descubrieron unas escarapelas cuya significación era la libertad” y que eran “escarapelas fondo celeste pero no se hicieron públicas hasta el mes de marzo y se consagraron el día 23, al quedar constituida formalmente la Sociedad Patriótica en el café de Marco (o Mállco, como lo llama Vicente Fidel López), situado en la esquina del costado de San Ignacio”.
Según el testimonio de Ignacio Núñez, contemporáneo a los sucesos, el presidente Saavedra recibió la denuncia de “que se hacían invitaciones para una reunión armada por medio de agentes que se distinguían con una escarapela blanca y celeste y ordenó prender a los que encontrasen con divisas blancas y celestes y a los que pareciesen sospechosos”. A la una está llena la galería de la Fortaleza que miraba al norte, porque pasaban de ochenta los jóvenes, de menos de veinticinco años. Varios de ellos se presentaron en la galería de su prisión con la cucarda que la había provocado. Y allí el secretario Hipólito Vieytes repitió interminablemente este interrogatorio: “¿Qué sabe ud. de una reunión de ciudadanos? No se pronuncia, por el gobierno, la palabra libertad, que sonaba a oposición, se dice que era una divisa diferente a la que cargan los españoles para combatir contra la revolución”. El coronel French y el teniente coronel Beruti, comandante y segundo del regimiento América, eran cabezas decididas en la organización de la sociedad y contaban con el concurso de los oficiales. El general Belgrano prestaba también su apoyo. Domingo French era hombre que respondía personalmente a Belgrano, y con Beruti eran jefes de los hombres de acción y de los chisperos”.
Es hora de comenzar a conocer nuestra historia, con una visión científica y no de leyendas, mitos y relatos que ya no pueden sostenerse a doscientos años de ocurridos.
18 de febrero de 1812: el Triunvirato trató la nota de Belgrano sobre los colores de la escarapela y en esa fecha expidió la respuesta, firmada por Feliciano Antonio Chiclana, Manuel de Sarratea, Juan José Paso y Bernardino Rivadavia; dándole plena satisfacción y OFICIALIZANDO LA ESCARAPELA NACIONAL:
“En acuerdo de hoy se ha resuelto que desde esta fecha en adelante, se haya, reconozca y use, la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, declarándose por tal la de los colores blanco y azul celeste y quedando abolida la roja con que antiguamente se distinguían”.
Esta resolución es la primera adopción del blanco y el celeste como colores nacionales. Fue comunicada a las autoridades de todas las provincias y, en forma personal, a los tres jefes al mando de fuerzas importantes: Belgrano, Artigas y Pueyrredón.
Fuente: Asociación Belgraniana de Morón
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