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miércoles, 25 de julio de 2018

La fundación de la ciudad: un documento irrefutable

Corre el año del Señor de 1590. La relación entre el Gobernador Ramírez de Velasco y los cabildantes es cada día más tensa.




El Gobernador pretende que los hombres que él designe como Alguaciles Mayores y Oficiales Reales, tengan voz y voto en el seno del Cabildo. De este modo, aumentará su poder decisorio dentro del mismo.

Los capitulares se resisten a esta pretensión.

Que el Gobernador los designe, es una atribución que no desconocen. Que estén presentes en las reuniones del Cabildo, tampoco. Pero que tengan voz y voto en las mismas, no integrando el Cabildo, es algo que no permitirán.


Entre el ir y venir de razones a favor y en contra, el Gobernador esgrime una razón de peso: la COSTUMBRE, que es vieja fuente del Derecho para casos no legislados en forma expresa. Desde el origen de la ciudad, desde 1549, se ha hecho como él dice. Y si no, que Gerónimo Vallejo, el Escribano del Cabildo, lo constate. Y que la Audiencia de Charcas (Tribunal de alzada) decida lo que corresponda.

Los hechos a que llevó el enfrentamiento, tuvieron ribetes harto interesantes y hasta histriónicos, con los severos y pomposos cabildantes “encepados de pie” en el propio Cabildo por no acatar la voluntad del Gobernador. Salvo uno, lograron huir y se “acogieron a sagrado” pidiendo asilo en la Iglesia Mayor de la ciudad, para no ser nuevamente detenidos. Convengamos en que la situación tiene su miga. Pero que el árbol no nos impida ver el bosque; no es ese el punto que hoy nos interesa.

Lo importante aquí es que el Escribano del Cabildo, en 1590, se va a remontar al origen de la_ciudad para corroborar si esa costumbre argumentada por el Gobernador, existió “ab initio” Con el hoy anacrónico despropósito de “Aguirre fundador”, se hubiera remitido a la fecha del menguado traslado del 25 de julio de 1553.

No es así, y eso es lo importante en los documentos que acompañamos. Cuando el Escribano del Cabildo se remonta al origen de la ciudad, no duda en remontarse al 29 de junio de 1550, fecha de la fundación de la ciudad del Barco por Juan Núñez de Prado (a la que denominó “Ciudad del el Barco en el Nuevo Maestrazgo de Santiago” desde su segundo asentamiento en el Calchaquí).

El concienzudo Escribano se remonta hasta el acta de fundación de Barco el 29 de junio de 1550 (de paso, extracta las actas anteriores a 1590) y escribe lo siguiente: “YO GERÓNIMO VALLEJO ESCRIVANO Y DEL CABILDO DESTA MUI NOBLE CIUDAD DE SANTIAGO DEL ESTERO DOY FE Y VERDADERO TESTIMONIO COMO POR LOS LIBROS DEL CABILDO DESTA CIUDAD CONSTA E PARESCE QUE EL VEINTE NUEVE DIAS DEL MES DE JUNIO DE MYL E ZINQUENTA AÑOS EL CAPITAN JHOAN NÚÑEZ DE PRADO EN NOMBRE DE SU MAJESTAD FUNDO Y POBLO ESTA CIUDAD Y LE PUSO POR NOMBRE LA CIUDAD DEL BARCO EL QUAL DIA LEVANTO EL ARBOL DE LA REAL JUSTICIA Y DENDE ESTE DIA EN ADELANTE FUE NOMBRANDO ALCALDES Y REGIDORESY ESCRIBANO Y SE HIZO LA TRAZA DE LA CIUDAD E POR LOS CAPITULARES FUE RECEUIDO EL DICHO JHOAN NUÑEZ DE PRADO AL USO Y EXERCICIO DE TAL CAPITAN GENERAL Y JUSTICIA MAYOR DE ESTAS PROVINCIAS E SEÑALO EGIDOS GUERTAS Y ASIENTOS DE YNDIOS Y LUGARTENIENTE Y OTROS OFICIALES DEL CABILDO Y DE LA ZIUDAD Y SE FUERON HACIENDO ESTAS COSSAS. HASTA QUE EN QUATRO DIAS DEL MES DE DIZIEMBRE DE MIL QUINIENTOS E ZINQUENTA AÑOS JUNTOS EN SU CABILDO EL CAPITAN JHOAN NUÑEZ DE PRADO FUNDADOR MARTIN DE RENTERIA FRANCISCO DE VALDENEBRO ALCALDES, JOAN VAZQUEZ E DIEGO DE TORRES ALFONSO DIAZ CABALLERO ALONSO DEL ARCO LORENZO MALDONADO REGIDORES REZIBIERON A RODRIGO PALOS POR ALGUACIL MAYOR CON BOZ E VOTO EN EL CABILDO E HIZO EL JURAMENTO DE SOLENYDAD E ADELANTE PARESCE QUE LOS CABILDOS QUE SE FUERON HAZIENDO CON EL DICHO RODRIGO PALOS BOTAR EN ELLOS COMO LOS DEMAS REGIDORES COMO TAL ALGUACIL MAYOR.

Y EN VEINTE E ZINCO DIAS DEL MES DE JULIO DE MYL E QUINIENTOS E ZINQUENTA E TRES AÑOS FRANCISCO DE AGUIRRE TENIENTE GENERAL EN ESTA GOVERNACION POR DON PEDRO DE VALDIVIA GOVERNADOR DE LAS PROVINCIAS DE CHILE MUDO ESTA CIUDAD E LE PUSO POR NOMBRE SANTIAGO”.

Lo que sigue de esta acta de 1590 tiene relación con el juicio entablado entre el Gobernador y los miembros del Cabildo. No con la cuestión fundacional; por lo que aquí damos por terminada su transcripción.

Pues bien, es sabido que la gran mayoría de las actas capitulares de nuestros dos primeros siglos de existencia, se han extraviado. Entre ellas la aquí transcripta, de 1590, que tiene la enorme importancia de extractar el acta fundacional de esta ciudad, fundada el 29 de junio de 1550 con el nombre de Ciudad del Barco.

Producido el hallazgo por Gastón Doucet de esta acta en el Archivo Nacional de Bolivia  documentos de la Audiencia de Charcas), la polémica sobre la cuestión fundacional (fundador Núñez de Prado o fundador Aguirre) ya no tenía razón de ser. Sabedor de los valores del historiador santiagueño Dn. Luis Alén Lascano, Doucet (con la generosidad que lo caracterizaba) le envía copia de su hallazgo para que lo dé a conocer en su discurso de incorporación a la Academia Nacional de la Historia como miembro correspondiente por Santiago del Estero. Asimismo, lo autoriza a que lo publique –en carácter de primicia-- en la valiosa “Historia de Santiago del Estero”, que salió en 1991.

Con esta documentación se ponía coto a una serie de desacertadas afirmaciones (que hasta llegaron a ser ratificadas académicamente) y que condujeron a que en 1952, por decreto provincial, se tuviera a Francisco de Aguirre por fundador de Santiago del Estero.

Con el poco feliz decreto se contradecía la postura favorable a Juan Núñez de Prado como  fundador, sostenida enfáticamente por grandes historiadores santiagueños: Orestes Di Lullo, Fray Eudoxio de Jesús Palacio, José Néstor Achával, Eduardo Martínez Bertolí y otros. Postura sostenida a lo largo de muchos años desde la cátedra, desde sus posturas en congresos provinciales de Historia y desde sus prestigiosas publicaciones.

En el año 2000, Gastón Doucet visita nuestra ciudad. El 25 de julio a la noche tuvo lugar el panel sobre la fundación, en el que Doucet tuvo oportunidad de explayarse sobre su contribución a enmendar el grueso error en que se había incurrido con el decreto de marras. Fue para mí un honor haber integrado ese panel con Doucet y Alén Lascano.

En el año 2014 publiqué “La fundación de Santiago del Estero”.

Con este libro me propuse difundir el gran logro alcanzado, ya que el erróneo Decreto de 1952 seguía (y sigue) en pie. Además, intenté (y creo haberlo logrado) ofrecer, en la voz de los viejos vecinos del siglo XVI recopiladas por Roberto Leviller, una razón más para no dudar de que el fundador de esta ciudad fue Juan Núñez de Prado.

Así las cosas, una aparente dificultad se sumó a una cuestión que parecía terminada: fallecido  Doucet, nos encontramos con que su hallazgo no habría sido publicado. El escepticismo de algún historiador despistado, renuente a aceptar la evidente verdad que contradecía años de empecinamiento en el error, se vio favorecido. Doucet “afirmó”, Doucet “dijo”, pero ¿en dónde estaba publicada el acta esclarecedora? ¿Existía en realidad?

La duda nos indignó. Juan Manuel Viaña, prestigioso director de nuestro Archivo Histórico de la Provincia, decidió descender a la liza y poner fin a la cuestión. Sus esfuerzos fueron premiados: del Archivo Nacional de Bolivia le fueron remitidos, debidamente legalizados, los documentos cuyas fotocopias aquí acompañamos.

Aquí está el acta; y “traducida” por el mismo Viaña, con ayuda del paleógrafo cordobés Profesor Javier Berdini. Sólo falta que el gobierno provincial (que tuvo la feliz idea de crear el Archivo Histórico de la Provincia), dicte un Decreto dejando sin efecto el desacertado de 1952 y teniendo a Juan Núñez de Prado como el Fundador de la ciudad. A Diego de Rojas como el Descubridor. Y a Francisco de Aguirre como figura relevante de la época fundacional (fue el primer gobernador de la Gobernación del Tucumán, Juríes y Diaguitas creada en 1563, y volvió a serlo en 1566 y 1569, las tres veces con títulos perfectos).

Ya hemos dicho que Aguirre merece su monumento, pero no en su carácter de fundador, porque no lo fue. Y en la nueva costanera debería erigirse el monumento al fundador, Capitán Juan Núñez de Prado.

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Fuente: Elliberal.com.ar - Jorge R. Lima

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