Apellido Casal

Casal

Miguel de Salazar dice que este apellido es originario de Padua (Italia). 

Los Casal de Padua traen, según Miguel de Salazar: De gules, con una garra de ave de oro, que tiene asidas dos alas del mismo metal. 

Independientemente de esa afirmación es lo cierto que en España hubo casa solar de este apellido en la parroquia de Abres, Concejo de Santirso de Abres, partido judicial de Castropol, en Asturias. 

Los de la casa de la parroquia de Abres, en Asturias, tienen estas otras: De azur, con un castillo de plata y bordura de este metal, con cuatro cabezas de águila de sable degolladas y cuatro sotueres de gules alternando.

Tirso de Avilés, adiciones de Acevedo, expresa que los de esta casa pintaban armas en lo antiguo; pero que se habían olvidado. 

A una rama establecida en Buenos Aires pertenecían en mediados del si­glo XVIII: 

l. Gregorio Casal, esposo de doña Agustina Gómez, y ambos padres de

II. José Jacinto Casal, que casó con doña Ana María Barrera, en la que procreo a

III. Francisco H. Casal, que contrajo matrimonio con doña Ciriaca Fiol, naciendo de este enlace: 

IV. Elvira Casal, nacida el 15 de Febrero de 1824 y fallecida el 2 de Abril de 1905, que casó con Bernabé C. Quesada, nacido el 11 de Junio de 1823 y fallecido el 24 de Abril de 1887, y fueron padres de V. Héctor C. Quesada, nacido el 28 de Marzo de 1854

ARMAS

En campo de plata, una caldera jaquelada de oro y gules

Por enlace, los López de Casal, originarios de Castilla: Escudo partido: 1º., de oro, con dos lobos pasantes de sable  y puestos en palo, y 2º., de azur, una torre (un castillo, según García Carrafa) de plata; para esta partición, bordura  de oro (otros dicen que esa bordura es de plata), con cuatro cabezas de águila de sable, ensangrentadas, alternando  con cuatro aspas de gules.

Bibliografía.

1. Obras de Miguel de Salazar, M., tomo VI, folios 241 y 510, y tomo VII, fol. 36 vuelto.

2. «Nobiliario de los reinos y señoríos de España», de Francisco Piferrer, impreso, tomo V, pág. 112.

3. «Heráldica asturiana», de Ciriaco Miguel Vigil, imp., pág. 32.