Para conocer la identidad canaria, tenemos que conocer todas las influencias, la europea, la americana y la africana
Por primera vez va a existir un catálogo con todos los libros de Tombuctú, trescientos setenta y siete mil manuscritos que podrían recoger datos relacionados con el archipiélago canario
Sí. Hay datos que podrían ayudarnos a entender cómo se ha narrado la historia, quizás no tan de frente y, si no de espaldas, sí de lado al territorio vecino. Así lo señaló el periodista Pepe Naranjo, codirector junto a Germán Santana, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), del I Seminario Internacional que indaga en los archivos mutuos de Canarias y África Occidental. El Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria acogió este mes de noviembre el encuentro que supone asentar una primera piedra para que sean los historiadores, lingüistas, geógrafos, filólogos, traductores y demás especialistas los que tomen el testigo. Todos los participantes coincidieron en que existe una cantidad inmensa de fondos documentales inexplorados. Como anécdota, aportó Pepe Naranjo que sólo en Tombuctú, ciudad de la República de Mali, centro del saber en la época de nuestra Edad Media, hay más de cuarenta bibliotecas y trescientos setenta y siete mil manuscritos, de los que, hasta ahora, sólo se ha leído el 40%.
¿Dónde está la información?, ¿es posible ponerla al alcance de todos?, ¿qué hace falta? Estas y otras cuestiones se trataron en el seminario impulsado por el Centro Unesco Gran Canaria. Ellos mismos fueron quienes se pusieron en contacto con Pepe Naranjo, periodista afincado y diestro en tratar temas africanos, para encargarle un trabajo de investigación y ver si se podía dar con toda aquella información que queda aún a salvo, puesto que mucha fue destruida tras distintos ataques terroristas que se cebaron con el patrimonio como por ejemplo los ocurridos en 2012 en Mali. Estos tristísimos acontecimientos, sumado a la orientación ideológica de los imperios en el África Occidental, que no se sabe si por miedo o interés, o simplemente por no ver más allá, ha generado un paso por alto de documentos que podrían contener datos relevantes para nuestra historia. Este es el disparador que ha empujado a historiadores y organizaciones a buscar, tratando de sacar a la luz la información que no se ha tenido en cuenta o ha pasado desapercibida, en gran medida como consecuencia del sistema político y económico de colonialismo al que fueron sometidos estos países. Recuperar la información supone, además de un duro y exhaustivo trabajo, a juicio de la mayoría, ser más justos con la historia y la realidad que nos concierne.
Durante la primera jornada del seminario, en la que estuvieron presentes Juan José Benítez de Lugo, presidente de Centro Unesco, Germán Santana, profesor de la ULPGC y José Silva Évora, de la Universidad de Cabo Verde, aludieron al apoyo de las administraciones para que se pueda llevar a cabo trabajos de localización y digitalización de la información. Durante su intervención, el profesor José Silva Évora, expuso la dificultad que encontraban en su país de disponer de datos y registros documentales, después de la independencia en 1975. Cabo Verde fue una colonia del Imperio portugués que existió desde el descubrimiento de las islas en 1462 hasta que se conformó como república en 1975. “Para los estudiantes e investigadores ha sido un drama, un verdadero problema encontrar información en el propio país. Todos los archivos estaban recogidos en Lisboa, Francia e incluso Sevilla, pero siempre dispersos fuera del país”, comentó el profesor, “es casi cómico observar cómo estando gobernados por otros, se nos retira la información de lo propio y viceversa”.
Teniendo en cuenta que no se ve la misma realidad desde el punto de vista de los colonizadores, quienes han organizado y distribuido la misma durante tanto tiempo, que desde los propios colonizados, es como si a la moneda le quitásemos una cara. De ahí, que sea tan importante esta búsqueda, evidentemente necesaria para poder contemplar un paisaje más completo.
“Es curioso que para los caboverdianos, estando mucho más cerca de Canarias que de Lisboa, este territorio fuera una incógnita, hallándose en el mismo océano, incluso en la misma región macaronésica”, resaltó José Silva.
Miembros del público se interesaron por el tema de los corsarios y de las conexiones marítimas entre Cabo Verde y Canarias durante la II Guerra Mundial, así como del uso de conceptos como subsahariano, alrededor del cual se generó un pequeño debate entre los que asignan a la expresión “África subsahariana” un significado sociolingüístico que remite a realidades que implican ya una asimetría, para ellos no real, sino construida por más elementos además del lenguaje, y los que lo consideran desde el punto de vista geográfico, únicamente como la zona que se extiende desde el extremo sur del continente hasta el desierto del Sáhara al norte.
Qué nos podemos encontrar, dónde y cómo
Al finalizar este primer recorrido, preguntamos a algunos asistentes su opinión. Teodoro Fidel Santana, estudiante de Historia en la ULPGC, se mostró satisfecho con la exposición historiográfica que realizaron los ponentes y agradeció, como estudiante investigador, la lista de fuentes ofrecidas por el profesor Germán Santana.
Germán añadió que la intención del seminario es bidireccional. “No sólo se trata de buscarnos nosotros en África, sino también pretende ser un escenario para que los estudiantes e investigadores africanos conozcan la cantidad de documentación que alberga Canarias sobre la historia de todo el continente africano. Destacó el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, el del Museo Canario, el Archivo Histórico Diocesano del Obispado, archivos militares, de la Cámara de Comercio, archivos privados, etc…, y en África, se mostró seguro de que a partir de ahora se van a ampliar y señaló el Archivo Nacional de Cabo Verde, donde ha tenido ya la oportunidad de trabajar José Silva Évora, como comentó durante su intervención, precisamente en la recuperación de fuentes canarias; los archivos nacionales de Senegal o Marruecos, el desconocidísimo Fondo Kati de Mali, o los archivos dispersos en Chinguetti…
El programa que se estructuró en torno a tres bloques: África subsahariana; el Norte de África y los canarios republicanos exiliados en Senegal, continuó el segundo día con la intervención de Rumén Sosa Martín, de la ULPGC y la conferencia La utilización del amazigh en la reconstrucción histórica de Canarias , seguido de la profesora Leila Maziane, de la Universidad Hassan II de Casablanca, que nos acercó a la Presencia de Canarias en la documentación marroquí . Ambas interesantes. El primero estableció una correspondencia entre guanche-castellano y amazigh-árabe, señalando que, aunque no es el mismo caso, si tienen cosas en común, como el haber sido dos lenguas desplazadas, en el caso africano por la islamización y en el canario por la lengua castellana. Entre las diferencias, resalta que el amazigh, aunque está en proceso de sustitución lingüística, cuenta hoy en día con 20.000.000 de hablantes y que, a pesar de ser una lengua esencialmente oral, si tiene una escritura propia más simbólica que literal.
En el caso de Canarias, el proceso de sustitución lingüística no llamó la atención de historiadores y se fue extinguiendo sin poder salvarse. La violencia, la muerte de la población aborigen, la abolición de las instituciones propias, la dispersión de indígenas por las islas y la imposición de la lengua castellana como oficial obligatoria la hizo caer en desuso sin auxilio posible.
La conferencia de Leila Maziane nos acercó varias referencias de Canarias en varios tratados y textos marroquíes, narrando y leyendo fragmentos de viajeros a modo de cuento y fábula hasta que llegó a los tratados con Marruecos que se empezaron a firmar a partir de 1966, bajo el dominio español, donde el tono de fábula empleado hasta el momento se transformó en irónico y punzante, relatando cómo se fueron apropiando de las aguas de Marruecos y del derecho de pesca hasta ser las propias autoridades españolas las que gestionaban y autorizaban los permisos para realizar dicha actividad, lógica o ilógicamente, evalúelo usted mismo, estableciendo unas condiciones que sólo iban a beneficiar a España y con las que comenzó el estado de sumisión. Leila acabó su conferencia asegurando que los que nos gobiernan tienen que leer los textos históricos para entendernos mejor.
El tercer y último día del seminario corrió a cargo de Sergio Millares Cantero, concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria e historiador, quien ha escrito y estudiado sobre distintos capítulos de la historia de África, como el de la Fuga de Villa Cisneros –la actual Dajla, en el Sáhara Occidental- entre otros, sobre el que pasaremos en las próximas líneas dado que también se trató durante esta última jornada. Sergio Millares presentó al periodista Pepe Naranjo quien nos ilustró con imágenes y sencillez la realidad de muchos de los textos que se han conservado y de qué manera se ha podido hacer, muchas veces a cargo de particulares, arriesgando incluso la vida para ello.
Las bibliotecas antiguas de Tombuctú, donde la Unesco opera en el presente con su programa de apoyo a la recuperación y digitalización de información, la Biblioteca Andalusí o Fondo Kati, que vincula el pasado de Mali con el pasado de la península, bibliotecas antiguas de Mauritania y los Archivos Nacionales de Senegal, son los escenarios donde investigó Pepe Naranjo. “Encontré referencias de la situación económica, vínculos entre los Puertos y vías comerciales, documentación sobre la creación del Protectorado del Río de Oro, a consecuencia de los ataques que sufrían los pescadores canarios a finales del siglo XIX en las aguas del Sáhara, hecho que impulsó más tarde la ocupación del territorio de lo que acabó siendo el Sahara-Occidental o Sáhara Español. Di, por ejemplo, con la firma de tratados entre tribus locales y militares españoles, exploradores, etc… que se acercaban al territorio con motivo de la creación del asentamiento de Villa Cisneros, etc…”
Tanto en las fotos que se mostraron como en lo que él mismo nos contó, vimos que muchos de estos manuscritos se encuentran en malas condiciones de conservación, concretamente en Chinguetti, Mauritania, no faltaban los esfuerzos por parte de quienes custodian el legado. Colocar un barreño de agua cerca de los libros en las habitaciones de las casas para intentar mantener la humedad es de lo poco que pueden hacer, manifestación del interés de estos guardianes del conocimiento.
Nos acercó además realidades obtenidas en los archivos de Senegal. “Al menos más de trescientos pescadores canarios que faneaban en aguas del Sáhara, entonces Mauritania, huyeron en el año treinta y siete al territorio francés, alejándose de la represión, del franquismo, de ser enviados a la guerra civil, etc…. Todo ello generó –prosigue-, un cruce de informes entre los gobernadores de los administradores coloniales y el ministro de las colonias en París en el que relatan que estos pescadores detestaban a Franco, que se habían pasado a la parte francesa y preguntaban qué hacer con ellos. Finalmente los acabaron enviando a Francia, Marsella y Burdeos en la mayoría de casos. Estos datos recogidos en Dakar, en los archivos nacionales de Senegal, son sólo parte de toda la historia del África Occidental Francesa, desde su creación hasta el año sesenta que es cuando se disuelve. Los archivos son de acceso libre y gratuito para todos los investigadores que se interesen por el tema”.
Terminó su intervención asegurando que hay un enorme potencial para investigadores canarios interesados en las fuentes que existen en el territorio africano, porque hasta hora, se ha escrito la historia, teniendo en cuenta las informaciones y crónicas que tenemos en Canarias, España y en otras ciudades europeas, y sin embargo, las fuentes documentales que están en África están por explorar, prácticamente vírgenes. Durante estos días hemos podido ver la presencia de datos en los archivos de Marruecos, o los archivos de África Subsahariana, en concreto en los de Senegal, al que Pepe Naranjo se refirió como una verdadera mina.
Tenemos la esperanza de que todo este legado se conserve y se pueda repasar, de hecho, manifestó Pepe Naranjo, “ya hay proyectos como el del Centro Unesco Canarias, que han empezado a funcionar y gracias al que, por primera vez, va a existir un catálogo, en este caso de Tombuctú con todos los libros recogidos”. El principal problema que destacó es el de los idiomas, la mayoría están en árabe, lenguas africanas y muchos de ellos, en lenguas ya muertas, que por otro lado, abriría enormes posibilidades a filólogos y lingüistas. Abundan los libros sobre teología o derecho islámico, aunque al no haberse leído más que el 40%, es pronto para adelantar si hay referencias a Canarias, pero evidentemente es fácil que las haya.
El puntito de sal
Ya concluido el programa de este primer seminario, bromeó el periodista y puso el acento en el “puntito de sal” que aportan las historias, las narraciones basadas en la observación directa de los hechos, la vida y acontecimientos humanos, que a veces, quedan relegados en importancia por los datos e informes, cuando en realidad son los que nos ayudan a entender, de forma menos densa y más directa. “El academicismo es muy aburrido -dijo entre risas y tono de complicidad-, pero bien sabemos que de ahí procede gran parte del conocimiento por lo que estamos condenados a entendernos, puesto que se nutren mutuamente y uno sin el otro estarían muy limitados”.
Una apuesta por la democratización de la información, así definió el profesor Germán Santana, este seminario. Un punto de partida hacia posibles vías de investigación que hasta ahora han estado desoladas, de las que si nos ocupamos, podríamos acercarnos algo más a la verdad, más ahora, que ya sabemos que la historia, es la historia y quien la cuenta, cuenta. Sería bonito poder contar hasta más de dos.
Fuente: esdiario.es
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