El gobierno de la Ciudad de México digitalizará todos los documentos que datan del siglo XVII a fin de que puedan ser consultados a través de medios electrónicos, informó Fernanda Gómez, encargada del Archivo Histórico de Notarías de la Ciudad de México, ubicado en el Ex Templo de Corpus Christi, en el centro de la capital.
De acuerdo con la historiadora, el gobierno capitalino logró digitalizar todos los archivos del siglo XVI. Para ello tuvieron que fotografiar 98 volúmenes, lo que llevó tres años.
“Hay un proyecto del Colegio de Notarios con el gobierno de la Ciudad de México, en el que se está catalogando del siglo XVII al XIX”, dijo en entrevista con Crónica.
Los documentos del siglo XVI que ya fueron digitalizados son conservados en unas cajas diseñadas por restauradores. Cada una de las hojas están conservadas en un material libre de acidez para evitar que la tinta se aclare.
“Estas hojas ya no se manipulan. No se prestan a los usuarios por ningún motivo”, comentó Gómez, quien mostró brevemente un documento impreso del año 1564, el cual se mantiene la intensidad de la tinta.
La experta señaló que la Ciudad de México tiene documentos mejor conservados a diferencia de otras entidades y de otros países, lo que hace al Archivo aún más interesante y valioso.
“Vino una experta de España y le pareció sorprendente que en una metrópoli tan húmeda como la Ciudad de México, la tinta estuviera tan bien conservada. En Sevilla están totalmente desvaídos los documentos. Nosotros los tenemos impecables”, indicó.
En la parte superior del Ex Templo de Corpus Christi están almacenadas las toneladas de documentos a una temperatura de 17 grados.
En unos anaqueles que pueden moverse a través de rieles, están conservados los miles de testamentos e información sobre propiedades. Algunos volúmenes están tan pesados que han logrado doblar el metal en donde fueron colocados, explicó Gómez.
El Archivo cuenta con las medidas de seguridad todo el día. En una esquina está colocado un extinguidor que usa bicarbonato para apagar algún incendio. Gómez señaló que usar agua sería catastrófico, debido a la formación de hongos.
“Tratamos de evitar que ingrese algún hongo. Es un espacio cerrado, no tiene ventanas ni ventilación que pudiera meter algún microorganismo”, precisó.
Quienes trabajan en el Archivo suben a través de los estantes, simulando al Hombre Araña, para poder bajar algún documento. A través de un pequeño elevador suben al área de consulta, donde deben ser manipulados con el uso de guantes y cubrebocas.
HISTORIAS. En una hoja de papel se lee “A. L de Sta Anna”. A juzgar por la forma, la letra es de alguien que tenía poca fuerza para escribir, explicó la historiadora Fernanda Gómez.
La firma pertenece a Antonio López de Santa Anna. El ex presidente de México, responsable de vender una parte del territorio nacional, signó su testamento a unos días de morir. “Eso explica la forma del trazo”, señaló.
El Archivo tiene el segundo documento más antiguo del país: data de 1536 y está redactado por Hernán Cortés. El escrito más viejo -publicado en el 1525- está conservado en el Archivo General de la Nación.
Fuente: cronica.com.ar
Excelente, todos los paise deberia tomar el ejemplo.
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