A Tonatiuhichan o la
Casa del Sol llegaban quienes morían en la guerra y las madres que
había perdido la vida en labor de parto. Los hombres y mujeres tenían
destinados un lugar específico al momento de su muerte. Se creía que los
guerreros muertos en combate o en sacrificio eran elegidos para
acompañar al sol desde su nacimiento, por el Oriente, hasta el mediodía,
y las mujeres muertas en parto (quienes eran consideradas guerreras
por la lucha que tuvieron que sostener al dar a luz) eran elegidas para
acompañar al Sol desde el mediodía hasta el atardecer. Pero sólo los
hombres, al cabo de cuatro años de acompañar al astro rey en sus viajes
diarios, se convertían en aves de rico plumaje para regresar así a la
vida terrenal.
Fuente: Planet of Aztec
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