Serpiente Emplumada" ( k'u uk'um y kaan, “pluma y
serpiente”) . Las estelas de Yucatán lo representan con el aire saliendo
de su boca en similitud con Quetzalcóatl (en Náhuatl: Quetzalcoatl,
“Serpiente Emplumada”) pero el Kukulcán de los Mayas parece ser
diferente en muchos de sus atributos. Suele representárselo con la nariz
proboscídea, la lengua y los dientes salidos de la boca y los numerosos
adornos de su cabeza de perfil con el ojo en forma de T.
En el Popol Vuh
la Deidad es referida como Gucumatz (en Quiché: Q'uk'umatz, “Serpiente
Emplumada”) quién junto con Tepew son considerados los dioses formadores
del universo.
Kukulcan también esta relacionado al planeta Venus.
Aparece como una de las divinidades creadoras bajo el nombre de
Gucumatz en el Popol Vuh, libro considerado como la biblia de los mayas
k'iche's, también aparece como deidad de los vientos con el nombre de
Ehécatl en la estela 19 de Ceibal. Alcanzó especial trascendencia en la
península de Yucatán, donde fue venerado por los mayas itzáes en Chichén
Itzá, por los mayas cocomes en Mayapán y por los mayas tutl xiúes en
Maní, en todas estas ciudades se construyeron templos en su honor.
De acuerdo a los testimonios descritos por Diego de Landa, los mayas
decían que Kukulcán existió como una persona que llegó del poniente,
antes, después, o al mismo tiempo de que los itzáes llegaran a Chichén
Itzá. En su partida, se detuvo en Champotón, donde también se erigió un
templo en su honor, junto al mar, para posteriormente seguir su camino
hacia el altiplano de México.
Entre los mayas Quetzalcoatl, fue
Kukulkan, la serpiente emplumada, símbolo de toda la obra que hemos de
realizar en nosotros mismos. Deberemos transformarnos en serpientes de
sabiduría a través de la eliminación de los defectos psicológicos, y así
ser devorados por el águila del espíritu y convertirnos es
Quetzalcoatl’s o Kukukanes, y así cumplir con la misión que tenemos en
la vida, regresar a lo divinal.
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