Luego de
haberse reunido las columnas principales del Ejército de los Andes, el
General San Martín posiciona a sus tropas en la llamada Cuesta de
Chacabuco. La noche del 11 de febrero ya ocupaba las posiciones que
tendría al comienzo de la batalla.
Por el bando patriota, las fuerzas contaban con cerca de 4.000 hombres. Por el bando realista, alrededor de 2.000.
La batalla delineada por San Martín, consistía en un ataque de
"pinzas". Por un lado, un ataque frontal, que no debía comprometerse
formalmente, sino que debería tener caracter de distracción. En tanto,
otra columna debía avanzar escondida por el flanco español, para caer de
costado, aniquilando el lateral realista y la retaguardia del mismo.
El ataque frontal se le encomendó al Brigadier Bernardo O´Higgins y el ataque de flanco al Brigadier Estanislao Soler.
Mientras tanto Soler continuaba su avance lateral.
Dada
la precariedad en la que se hallaba el ataque de O´higgins, San Martín
manda a formar a sus Granaderos, y al frente de la Caballería de
reserva, haciendo ondear la Bandera de los Andes, se pone al frente del
ataque, evitando así que los realistas arrollaran a las tropas del
General Chileno. El ataque se San Martín surge efecto, frenando en
algunos sectores el ataque español.
Es en éstas circunstancias que
las tropas de Soler llegan a su posición de ataque y atropellan el
lateral y la retaguardia realista, transformando una batalla incierta,
en un abrumador triunfo patriota.
Los realistas sufrieron cerca de
quinientos muertos, más de seiscientos prisioneros e infinidad de
dispersos. Los patriotas doce muertos y un centenar de heridos.
La batalla que para las 11:00 hs había comenzado, para las 14:00 ya estaba terminada.
Desde el mismo Campo de Batalla, San Martín redacta su primer Parte de
Guerra, con destino al Director Supremo Pueyrredón en Buenos Aires:
"Excelentísimo Señor:
Una división de mil ochocientos hombres del ejército de Chile acaba de
ser destrozada en los llanos de Chacabuco por el ejército de mi mando en
la tarde de hoy. Seiscientos prisioneros entre ellos treinta oficiales,
cuatrocientos cincuenta muertos y una bandera que tengo el honor de
dirigir es el resultado de esta jornada feliz con más de mil fusiles y
dos cañones. La premura del tiempo no me permite extenderme en detalles,
que remitiré lo más breve que me sea posible: en el entretanto, debo
decir a V. E., que no hay expresiones como ponderar la bravura de estas
tropas: nuestra pérdida no alcanza a cien hombres.
Dios guarde a V. E. muchos años.
Cuartel general de Chacabuco en el campo de batalla, y febrero 12 de 1817. Excelentísimo supremo director del Estado.
José de San Martín"
Hoy hace 199 de aquel memorable triunfo de las Armas de la Patria.
Recordemos con Orgullo y Admiración a aquellos Hombres, que luego de
haber cruzado las mayores alturas de la América, regalaron a la Nación
una de sus mayores Joyas, llamada "Chacabuco".
Fuente: Granaderos Bicentenario
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